Localizan los cadáveres de 18 leoneses apresados en el fuerte de San Cristóbal

La Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra y la Asociación Cultural Txinparta han conseguido localizar el lugar de enterramiento de otros 18 leoneses que murieron en el fuerte navarro de San Cristóbal durante la represión franquista. Las nuevas identidades de leoneses se suman a las cinco desveladas el pasado mes de mayo con motivo del hallazgo de docenas de cadáveres dentro de este recinto militar, convertido en un penal durante el franquismo. Las tumbas encontradas en los pueblos de los alrededores del fuerte pertenecen todas a hombres que perecieron entre 1936 y 1942. Probablemente, ni siquiera los familiares de estos presos conocen el paradero de los enterramientos. De Castilla y León hay un total de 67 personas, aunque, en conjunto son ya 334 los presos de toda España identificados en San Cristóbal, después de que hace unos meses fueran hallados otros 131 cuerpos en el cementerio del propio fuerte. Los nombres, reproducidos junto a estas líneas, se unen a los ya conocidos de Leonardo Riesco Arroyo (Sancedo), Modesto Pastor Herrero (Sahagún), Narciso Cadenas Martín (Guimara), Félix Llamas (Trobajo del Cerecedo) y Luis Rodríguez Martín. Pese a este avance, todavía quedan por localizar casi otros cuatrocientos cuerpos que luego habría que identificar, 210 de ellos de presos que se fugaron del fuerte y fueron fusilados y otros 200 que se sabe que estuvieron en él y no han aparecido. La importancia de los archivos Los cadáveres cuyo paradero se ha podido determinar ahora se encuentran repartidos en doce enterramientos de localidades próximas al monte de San Cristóbal, como Berriosuso, Berrioplano, Ansoáin o Aizoáin, y para su localización ambas asociaciones han llevado a cabo una labor de investigación en diferentes archivos, tanto de cementerios como del Arzobispado. A partir de ahora la tarea que les queda a estas asociaciones es intentar encontrar a los familiares de estos presos y notificarles dónde se encuentra enterrado cada uno de ellos. A partir de ahí, serán las familias las que decidan lo que quieren hacer. Este periódico localizaba hace cuatro meses a familiares de los cinco presos leoneses cuyas tumbas habían aparecido dentro del fuerte. «Mi madre siempre le quiso tener aquí» o «me siento heredero de su memoria» son algunos de los argumentos que utilizaron para defender el traslado de los restos a León.