Lagartos: «La economía española no está preparada para competir»

«Si se quiere evitar el shock de competitividad que está generando en la economía española su exposición a un escenario internacional para el que no se ha preparado ni durante la fase de integración ni durante la de convergencia con Europa, es preciso un aumento de la productividad que sólo puede llegar a través de una reorientación del modelo de crecimiento». Esta es una de las conclusiones de la conferencia con la que el director general de Caja España, José Ignacio Lagartos, inauguró ayer el I Encuentro sobre Economía Política, que organiza la entidad financiera con la Fundación Sistema, y que analiza el crecimiento económico y su repercusión en las desigualdades y la distribución de la renta. Lagartos hizo un repaso a las circunstancias que han permitido un ciclo de crecimiento económico tan largo, a pesar de las tensiones inflacionistas por los precios de las materias primas; factores que resumió en la liberalización de los mercados, el aumento de la productividad por la tecnología y la transferencia de producción hacia países más eficientes y competitivos. También se refirió a las desigualdades producidas por este crecimiento, que junto a una creciente prosperidad ha supuesto ahondar la pobreza extrema que afecta a millones de personas. El director general de Caja España analizó también las perspectivas de la economía española, que «no puede sustraerse a los efectos de la globalización». Indicó que la economía nacional ha crecido muy por encima de la media europea, sobre todo gracias a los fondos estructurales, pero las empresas empiezan a sufrir la irrupción de productos de países más competitivos, además de la deslocalización. «Existen problemas de conexión de la economía española con los mercados internacionales», dijo, para recordar que la construcción, el motor económico de los últimos seis años, «es totalmente ajeno a la competencia exterior». También indicó el director general que la baja productividad española está «muy condicionada por la especialización de muchas regiones en actividades maduras», y en sectores no relacionados con la tecnología o la mejora de la productividad, por lo que urgió un cambio en el modelo económico.