La presidenta del Banco Mundial de la Mujer mostró el éxito de Suecia con el castigo a clientes
El foro abolicionista exige a los poderes acciones contra la explotación sexual
Una concentración en Botines denuncia que «el problema es la demanda de los prostituidores»
León reunió ayer a organizaciones abolicionistas de todos los ámbitos -mujeres, oenegés, partidos políticos y asociaciones de madres y padres- para mostrar un «unánime rechazo» a la regulación de la prostitución y a favor de que los poderes públicos actúen contra todo tipo de explotación sexual. El foro abolicionista, organizado por la asociación Simone de Beauvoir, concluyó con una sonada concentración en la plaza de Botines, más concurrida de lo habitual por los festejos de San Froilán. Beatriz Sagrado, coordinadora de la Plataforma de Mujeres por la Abolición de la Prostitución, leyó el manifiesto, avalado por 8.500 firmas, se entregó en el Parlamento. En él denuncian que la prostitución «fortalece los privilegios masculinos» y es uno de los ejemplos de violencia más extrema hacia las mujeres». Abogan por reforzar las políticas de igualdad y recuerdan que los beneficiarios de la prostitución son «proxenetas y comerciantes del sexo». León remitirá las firmas recogidas en el foro a la Consejería de Familia, señaló Encina Gutiérrez, presidenta de Simone de Beauvoir, En los debates el psicoterapeuta húngaro Péter Szil culpó a la demanda sexual masculina. Inger Berggren, presidenta del Banco Mundial de las Mujeres, expuso el impacto del castigo a los clientes -250 hombres penalizados con multas y prisión de hasta 150 días- sobre la reducción de la prostitución callejera a la mitad y del número de mujeres traficadas. La presidenta de la Ceapa, Lola Abelló, reconoció que la incidencia de la prostitución en la socialización de los y las jóvenes no ha sido suficientemente analizada en el ámbito educativo y de las familias y comprometió acciones de sensibilización desde la plataforma de madres y padres.