Diario de León

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Abrir las puertas y el corazón

La Comandancia de la Guardia Civil de León celebró ayer una jornada ilustrativa para dar a conocer a la sociedad la labor que desarrolla y la infraestructura con la que cuenta en la provincia

Un niño observa parte del material que se exhibió en la muestra

Un niño observa parte del material que se exhibió en la muestra

León

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Por allí, dos canijos se ejercitan a lomos de un tanque, con el vaso de Coca-Cola en la mano, en una batalla cuyas peores heridas las sufrirá el jersey primero, y el trasero después, cuando toque la hora de llegar a casa con las manchas en las mangas. Por allá, el sonido estridente de las sirenas es más una queja de la pobre motocicleta que la alerta por una emergencia que esta vez, por fortuna es figurada. «Todo por la patria». Y por la paciencia, debiera rezar el lema de la Casa Cuartel de la Guardia Civil, que convirtió ayer el número 65 de Fernández Ladreda en la mayor y más divertida guardería infantil del día, para que los padres pudieran disfrutar de lo que los abuelos ya conocieron hace más de un siglo: que la única pareja que nunca se separa en su trayectoria, es la de la Guardia Civil El subdelegado de Gobierno en León, Francisco Álvarez, manifestó que la apertura de puertas que celebró ayer la Benemérita es meramente simbólica «porque en realidad, las puertas de la Guardia Civil están siempre abiertas a la ciudadanía. No es más que un gesto simbólico, que consiste en abrir las puertas y enseñar a toda la sociedad civil el trabajo que realizan, las especialidades que desarrollan, el esfuerzo que realiza la Guardia Civil». Helicóptero incluido Así que, primero aterrizó el helicóptero, para algarabía de la chiquillada y beneficio de las peluquerías. El sector motorizado de Tráfico guardó la libreta de las multas y demostró que para trazar ochos sobre el asfalto sin haber dado positivo en el control de alcoholemia, hay que tener mucha pericia y no pocos kilómetros de experiencia. El Seprona hizo cabriolas sobre las motocicletas todo terreno, esta vez sin furtivos a los que capturar por los montes, y así fue pasando la jornada, con el trabajo de los Tedax, el material de rescate del GREIM, los antidisturbios, y esos trabajos de intervención que, derivan en una conclusión final única y convincente: en sólo una mañana, se puede saber que nunca es tarde para agradecer la labor de los que, cuando cae la noche, protegen los sueños de los pequeños y el descanso de los mayores.

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