La oferta festiva llena de gente el centro de la capital leonesa
Acceder ayer a los puntos más importantes de la fiesta de San Froilán era una tarea difícil; lograr una plaza de aparcamientos en el cinturón de calles que rodea el centro histórico de la capital leonesa, un imposible. El gentío fue notable en todas las citas, bendecido por la ausencia de lluvia con la que amenazaba la previsión climatológica durante todo el fin de semana. El actos de Las Cantaderas, que abrieron el programa dominical de estas fiestas patronales leonesas, fue presenciado por miles de leoneses que se acercaron hasta el claustro de la catedral para cumplir con una tradición de siglos. El seguimiento a la exhibición de Pendones superó todas las expectativas, crecientes en los últimos años con este tipo de eventos. Miles de personas formaron un pasillo humano desde Ordoño, la Calle Ancha y Domínguez Berrueta ante el paso de más de un centenar de enseñas de más de noventa pueblos de León. La oferta gastronómica hizo el resto: la morcilla, que no falta en San Froilán, y el tapeo en el Húmedo, pusieron el centro a rebosar.