La Diputación repara el tramo de Carbajal con ocho años de retraso

Dicen que las cosas de palacio, van despacio, pero el caso de la carretera de Carbajal supera el contenido del viejo refrán. Nada menos que ocho años ha tardado la Diputación en comenzar a ejecutar la reparación de los 6,5 kilómetros que tiene bajo su titularidad en la localidad. El convenio que suscribió en 1998 con el otro propietario de la carretera, el Ayuntamiento de León, ha invernado durante 96 largos meses y sólo las reiteradas denuncias vecinales y la presión del Ayuntamiento de Sariegos y de la junta vecinal de Carbajal han logrado sacar del letargo parte del proyecto. Al menos, la institución provincial ha decidido iniciar la renovación del firme de uno de los tramos más deteriorados del área metropolitana leonesa. Las obras comenzaron el pasado viernes, con una máquina fresadora, y en los próximos días se acometerá el resto de los trabajos, desde el cruce de Pobladura del Bernesga con la carretera de Caboalles al final de las viviendas de Carbajal, en dirección a León ciudad. Sin embargo, el problema de la peligrosidad de la carretera no se atajará con esta actuación, ya que el vial que se dirige hacia la capital es el que presenta los baches más pronunciados. Esa parte es responsabilidad del Ayuntamiento leonés, que había prometido iniciar las obras el pasado mes de septiembre. De ahí que el alcalde de Sariegos, Ismael Lorenzana, denuncie el nuevo retraso y la falta de compromiso que está demostrando León. Las aceras La concejala de Urbanismo, María José Alonso, incluso reconoció a principios de año que existía una gran demanda social para que se reparara la calzada, a la que ella quería atender de modo urgente. Por eso incluyó el vial en el plan de mantenimiento, junto con otras 200 calles de la ciudad, lo que no significaba, según matizó, que León fuera a acometer el proyecto sellado en 1998 con la Diputación provincial, y que incluía aceras desde Eras a San Cayetano, al menos en una de las dos márgenes, y un carril-bici. Lorenzana insta a León a que inicie una reforma que considera «imprescindible». No entiende cómo en el siglo XXI y al lado de la ciudad puede haber un «camino de cabras así lleno de baches».