El sector forestal exige medidas de concentración que permitan mejorar la competitividad
Las fincas rústicas de León no superan las 0,5 hectáreas de superficie media
El minifundismo leonés, 2,6 millones de parcelas en millón y medio de hectáreas, lastra el futuro
La provincia leonesa tiene complicado alcanzar una competitividad aceptable en la producción forestal por la estructura agraria que hereda, definida por la atomización de la propiedad. Más de 378.000 personas son titulares de fincas rústicas en la provincia leonesa, una superficie que se aproxima al millón y medio de hectáreas, que se dividen en más de dos millones seiscientas mil unidades o parcelas. La superficie media de estas piezas es de 0,56 hectáreas, con una superficie media por propietario de 3,91 hectáreas y siete unidades de media en cada lote. Este es el panorama que recoge un estudio estadístico de Asfole, la asociación de forestales de León, que agrupa a los principales propietarios. Frente a esta circunstancia, crecen las voces que piden a las administraciones una disposición legislativa que permita el reagrupamiento de superficie con el fin de lograr espacios competitivos en el desarrollo de especies que garanticen la producción maderera. Angel Atienza, presidente de Asfole, propone combatir la estructura minifundista, que se dé posibilite una figura legal adecuada que agrupe a todos los propietarios que aporten fincas a la una actividad de desarrollo forestal. Esta norma obligaría a los propietarios a no interrumpir a lo largo de un tiempo determinado a mantener la gestión forestal en la superficie cedida para esta actividad, de la que se obtendrían beneficios al final del ciclo de la corta en función del terreno aportado. El proyecto de ordenación cierra la propuesta lanzada por Asfole para contrarrestar los efectos negativos que tiene en León la dispersión de la propiedad de fincas rústicas. El ejemplo de La Majúa La estructura minifundista que choca con la competitividad tiene una oportunidad en la mano de una cooperativa agraria. Atienza recuerda la elección de los propietarios de terrenos rústicos en la localidad babiana de La Majúa. Todos los terrenos de escaso aprovechamiento agrícola se agruparon para obtener rendimiento forestal. Se hizo durante la concentración.