Sin cortarse con la cecina

Entre la multitud de olores que se congregan durante estos días en la plaza de toros del Parque, con motivo de la celebración de la Feria de Productos de León, ayer destacó el aroma de la cecina, que entró por todos los recovecos del coso, donde la tarde estuvo reservada para el concurso de cortadores. Una prueba en la que se hizo con el triunfo Miguel Ángel Sobrino, coronado como mejor de los 8 contendientes, después de clavar a ojo los 100 gramos solicitados, como muestra de su habilidad adquirida en el Hostal Paso Honroso de Hospital de Órbigo. La mañana se había desperezado con una mesa redonda en la que quedó patente la buena salud de los artesanos alimentarios y su próspero futuro; quienes dejaron paso para el enfrentamiento entre los restaurantes Los Poínos y Barandal contra las bodegas Pardevalles-Tierras de León y Prada a Tope D.O. Bierzo. En la confrontación ya se prestó atención a otro de los productos que fue referente de la jornada: la alubia de La Bañeza, que se expuso al público en una degustación en la que se pudo probar el vino Finca Viña María por primera vez. Con el paladar en calma, pero la lengua suelta, las charlas fueron seguidas por un gran número de personas, interesado en aprender para aplicar. Este fue el caso de la impartida sobre la certificación ecológica por parte de Gregorio Antolín Giraldo, antiguo presidente del Consejo Regulador de Agricultura Ecológica, quien animó a los agricultores a sumarse a un sector que sólo representa por ahora el 1% nacional, aunque ya despunta en la provincia leonesa, como mostró la miel de brezo y tomillo de Urbano González y Prada a Tope. Y se hizo la noche entre la tertulia sobre la gastronomía en la cocina del turismo rural y la cata-maridaje de vinos.