Las pruebas realizadas a diez personas del entorno de la joven no les vinculan con el lugar del crimen
El ADN no ofrece pista alguna sobre el posible asesino de Sheila Barrero
En el caso del único imputado B.V.G., y tras dos análisis, las pruebas también fueron negativas
El caso de Sheila Barrero, la joven asturiana que apareció muerta el 25 de enero del 2004 en el interior de su vehículo en el alto de Cerredo -que comunica la comarca de Laciana con la asturiana de Degaña-, va camino de convertirse en un nuevo caso de asesinato sin resolver en la provincia de León. De hecho, las últimas pruebas de ADN realizadas a diez personas del entorno de la joven de Degaña no han ayudado en nada a esclarecer o, al menos, dar alguna pista sobre el posible asesino de Sheila Barrero. Tanto es así, que a la vista de estos análisis, que fueron realizados en el mes de mayo, a ninguna de estas personas, incluido el único imputado B.V.G., se les puede vincular hasta el momento con la escena del crimen en el alto de Cerredo. Es más, en el caso de B.V.G., la magistrada del Juzgado de Primera Instancia de Cangas del Narcea, María del Carmen, que instruye el caso ordenó la repetición de las pruebas, a petición de la acusación particular. Pues bien, los resultados biológicos remitidos, hace ahora dos semanas, al juzgado y a las partes determinan que ninguno de los códigos genéticos analizados y que en su momento fueron hallados en el escenario del crimen -en concreto un pelo- coinciden con las diez personas a las que se les tomaron muestras de ADN. Esto hace que el caso, cuando se cumplen más de dos años y medio desde la muerte de Sheila Barrero, vuelva al principio y la instrucción se entanque.