Silván destaca la «plena confianza» de los ciudadanos en el Procurador

«Una institución de plena confianza», así definió ayer Antonio Silván a la figura de los Defensores del Pueblo, que ayer cerraron las jornadas celebradas durante tres días en León con Javier Amoedo, procurador del común de Castilla y León, como anfitrión y cuya clausura presidió el consejero leonés en el hostal de San Marcos. Silván, que durante cinco años formó parte del equipo del primer alto comisionado de las Cortes Autonómicas de Castilla y León, Manuel García Álvarez, con quien llegó a ser director adjunto, destacó la «agilidad y eficacia» de la institución y se remitió a las encuestas y quejas que cada año resuelve el Procurador del Común en Castilla y León y sus homólogos en el resto de las comunidades autónomas. Se trata, según sus palabras, de una figura que no sólo forma parte plenamente de la organización institucional sino de «un mecanismo alternativo para el control de la Administración». Preguntado por el traslado de la sede del Procurador del Común a un nuevo edificio, el consejero destacó que es una cuestión en la que está «en plena sintonía» con Javier Amoedo, y aseguró que ya se están realizando todas las actuaciones para evaluar las necesidades del organismo. La clausura también estuvo presidida por el defensor del pueblo, Enrique Múgica, y Javier Amoedo, quien señaló la «gran importancia» de las sesiones de conferncias y debates realizados durante las jornadas.