Un día el río fue de todos

Dice el refrán que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y llueve, pero en el valle de Lois se acuerdan de la Confederación Hidrográfica del Duero que es el «dueño del río Dueñas» al que tiene desde hace muchos años en un total abandono, a pesar de que esta valle lleva sufriendo muchos otoños, inviernos y primaveras inundaciones de su única carretera de comunicación que les deja incomunicados hasta que las lluvias remiten y baja el caudal del río Dueñas. Los mayores se acuerdan de cuando coger arbustos y ramas caídos en el cauce del río era algo habitual ya que tenía dos funciones: utilizar la leña para la lumbre y a la vez limpiar el cauce el río, que entonces era de todos. Ahora todo ha cambiado la Confederación amenaza con denunciar a quien sorprenda cogiendo ramas del río o haciendo limpiezas ya que ha pasado a su propiedad. Pero se olvida que la propiedad hay que cuidarla para mantenerla en buen estado. Y si en algo coinciden todos los vecinos del valle de Lois es que si el río estuviese limpio los desbordamiento no se producirían o en su caso sería menores y además se podría recuperar para la pesca un río al que las truchas han decidido abandonar por la dificultad al estar demasiado sucio.