Diario de León

«Con un movimiento brusco e intenso le rompió el cuello»

El fallecimiento de la víctima no se produjo por los 15 pequeños pinchazos que presentaba en nuca, pecho y hombros, sino por la fractura de la primera vértebra cervical, mortal en el acto

León

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Las calificaciones previas confeccionadas por el fiscal recogen que el cadáver de la víctima presentaba hasta quince heridas producidas posiblemente «con un arma blanca de escasa contundencia» en cuello, laringe, nuca, hombro, mamas y mano izquierda, todas ellas de uno o dos centímetros como mucho. Los informes recogen que, además de las mencionadas lesiones, también se apreciaba «una herida en la zona temporal izquierda, detrás de la oreja, de unos cinco centímetros, causada por un objeto contundente y posiblemente de forma cilíndrica». «Las lesiones no causarían por sí solas la muerte de la víctima, pero tenían como finalidad amedrentarla para que volviera con él. Sí que causaron una situación en la que estaba incapacitada para defenderse de posteriores agresiones que pudiera llevar contra ella». Imposible defenderse Así que «estando ya la víctima en una situación de imposibilidad para oponerse a la acción de su agresor, este procedió a fracturarle el atlas o primera vértebra cervical». Las calificaciones de la acusación particular son más explícitas en este punto: «Con sus posibilidades de defensa gravemente disminuidas por el golpe que había recibido en la cabeza, la sujetó de forma violenta por el cuello, llegando a romper el asta del cartílago tiroides derecho, para posteriormente, con un movimiento brusco de rotación, flexión e inclinación lateral, romper a la mujer la primera vértebra cervical, lo que afectó a las estructuras del tronco del encéfalo, que sustentan el automatismo cardiorrespiratorio, causando la muerte de forma inmediata y sin posibilidad alguna de tratamiento o recuperación». El fiscal describe que a raíz de estos hechos, que se produjeron en el domicilio del supuesto autor de los hechos «las paredes quedaron manchadas de sangre». La acusación particular incide en el tema y señala que el acusado trató de fregar «el rastro visible de sangre que había dejado la fallecida» y que raspó las paredes de la casa, a pesar de lo cual «la Policía Científica halló restos de sangre de la víctima, pelos suyos pegados en las paredes y gotas de sangre» identificadas como pertenecientes a la finada. Para la defensa, ninguno de los supuestos mencionados responde a la verdad.

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