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León

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La capacidad de liderazgo se puede medir, según un sistema que Luis Huete analizó ayer en el Foro ONO Empresas, y que se basa en cinco pilares. Un líder tiene que tener, en primer lugar, alguna característica que haga que le permita sobresalir del resto, hacer que la gente le admire. Además, debe ser capaz de organizar a las personas y los recursos para perseguir los objetivos que se ha marcado, es decir, ser resolutivo y tener capacidad práctica. La habilidad de manejarse en equipo es otra de las virtudes que debe tener un líder, porque «actualmente es muy raro que cualquier trabajo pueda desarrollarse sin tener que trabajar con un equipo». Además de estas cualidades, un «auténtico líder» debe «tener carisma personal, ser hábil vendiendo a la gente su visión de futuro. Y también debe tener una personalidad y manera de ser que haga que la gente con la que trabaja se imponga objetivos y niveles de exigencia cada vez más elevados». Luis Huete añadió que en quinto lugar, «y marcando el nivel máximo de liderazgo», está una doble cualidad: por un lado la firme determinación profesional, el tener muy claro dónde se quiere llegar. Y, por otro, una gran humildad personal, no buscar protagonismo propio ni adueñarse de los logros de otros, no ser arrogante y saber escuchar».