Pocos y desunidos

Pueden ser una, dos o incluso cinco las listas leonesistas en las próximas elecciones municipales. Todo depende, por un lado, de la apertura de miras del actual secretario general de UPL, Joaquín Otero, sobre si tiene intención de crear una lista de integración -voces hay que piden una alianza puntual con De Francisco para conseguir una mayor renta electoral, y oferta firme sobre la mesa también la ha habido-, o si su huida hacia delante le llevará a contar con sus tres pilares básicos y poco más, lo que abriría un amplio abanico de posibilidades en el panorama electoral. Los desencantos de esta legislatura, con la traumática ruptura en el marco municipal -o le echaron o se fue, para el caso es lo mismo- y la posterior desintegración del movimiento político -la de ayer fue la primera reunión en el partido en los últimos cinco meses-, ha provocado que el sentir leonesista se refugie en la calle, parapetado tras organizaciones sociales que, en un momento dado, podrían armarse y saltar a la arena política para torpedear a la UPL en sus aspiraciones municipales. El partido leonesista tiene a su favor que, pese a las cinco concejalías en juego -tirando por lo alto-, el pastel es pequeño y su precio demasiado alto, lo que puede incluso echar atrás el debut electoral del PAL de De Francisco. Pero si la situación está difícil en la capital, el 2007 puede ser el año más dramático para la UPL en los pueblos, donde -sea porque el PP les llama o porque ellos llaman al PP- lo cierto es que la espantada de fieles puede ser de órdago y el leonesismo que consiguió 179 concejales en toda la provincia y subió 3.000 votos en el 2003 se puede dar el gran batacazo y desaparecer en muchas pedanías.