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El retraso en la firma del contrato hará que el proyecto no pueda ser licitado antes del año 2008

Perrault espera hace 13 meses que León le encargue el Palacio de Congresos

El Ayuntamiento adeuda al arquitecto y los 11 participantes del concurso el pago de sus servicios

Dominique Perrault, ayer en su despacho, aseguró que el proyecto «no está en ninguna parte»

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A. Caballero - enviado especial | parís
León

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Trece meses después de que se fallara el concurso de ideas para la construcción del Palacio de Congresos y Exposiciones de León el proyecto sigue en el mismo punto. Como si el espacio hubiera influido de manera directamente proporcional en el tiempo, el estudio del arquitecto francés Dominique Perrault bulle en trabajos ajenos al diseño que avala, junto a la integración del ferrocarril, el nacimiento de una nueva centralidad en el oeste de la capital, una maqueta que se guarda en una zona secundaria, en espera de que el Ayuntamiento muestre un gesto de apertura. Ni en palabra, ni en lenguaje monetario conoce el equipo del galo la voluntad de la administración municipal, al margen de las palmadas en la espalda recibidas en la visita personal del francés el pasado 16 de junio, cuando explicó su propuesta y los responsables del consistorio despidieron su presencia con el anuncio de que se encargaría aun sin que estuviera asentada la financiación y las partes contendientes. «No estamos por el momento en ninguna parte», examina Dominique Perrault en su despacho de la capital francesa, donde descarta que el Ayuntamiento se haya puesto en contacto con él ni le haya enviado siquiera un protocolo o contrato sobre el que basar los trazos de ejecución del Palacio de Congresos.»Estamos esperando a que nos avisen para empezar a trabajar», mantiene el arquitecto de la Biblioteca Nacional de París, quien se muestra descontento por el escenario global generado después del concurso de ideas, debido a que «ninguno de los once estudios que participaron ha cobrado todavía». El estado de la deuda con los participantes en el certamen toma rango de traba en el discurso del arquitecto francés, quien espera que se resuelva la situación y se entable el diálogo directo. «No nos afecta la burocracia, como en la política. Si nos lo comunican un viernes, el lunes ya estaremos trabajando en ello», compromete el galo, quien ironiza con que el avance de sus procedimientos es «más rápido que el de los políticos». Con la mano tendida, siempre que se cumpla con el pago de las obligaciones y la rúbrica contractual, Perrault marca un calendario de avance en el que se podría enmarcar el avance del proyecto. «Entre 9 y 12 meses estaría dibujado de manera completa el diseño», calcula, para dar paso a la tramitación administrativa propia de la vía pública: aprobación, licitación y adjudicación. Aproximadamente, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que el jurado optó por que la antigua Azucarera Santa Elvira resucite como una fábrica encendida, con combustible cultural y social, abierta desde el alero de una cubierta fotovoltaica a la nueva centralidad que traerá la integración del ferrocarril. Un nuevo espacio para el que ya se deben contemplar tiempos diferentes.

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