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Los miembros del tribunal consideran por unanimidad que el asesinato ha quedado probado

El jurado popular halla culpable al acusado por el crimen del maletero

El fiscal aumenta a 23 años de prisión la pena, por entender que hubo alevosía y ensañamiento

León

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El leonés de 37 años acusado de acabar con la vida de su ex compañera sentimental y abandonar su cadáver en el maletero de un coche aparcado en el Paseo de Salamanca en septiembre del 2004, fue declarado ayer culpable de asesinato, con las agravantes de alevosía y ensañamiento, según el veredicto que dio a conocer en la tarde de ayer el jurado popular que juzgó el caso. A la vista de que los miembros del tribunal declararon por unanimidad que los hechos que se han debatido esta semana en la Audiencia Provincial, han quedado probados en su totalidad, el ministerio fiscal aumentó hasta 23 años de prisión la condena que solicita, y añadió indemnizaciones de 100.000 euros para cada uno de los dos hijos de la fallecida, más otros 30.000 para la madre de la víctima. La acusación particular se adhirió a la propuesta, y añadió indemnizaciones de 10.000 euros para cada una de las tres hermanas de la finada. La acusación popular, a cargo de la Asociación Clara Campoamor, se sumó a esta última proposición, y la defensa solicitó una pena de 20 años de cárcel. Tras el dictamen popular se entiende probada la cronología de los hechos, que según se narra en el veredicto se desarrollaron como se relata: Empezaron a convivir en septiembre del 2001 El acusado y la víctima iniciaron una relación sentimental y sexual continuada desde septiembre del 2001 hasta agosto del 2004. Como consecuencia de ello, decidieron irse a vivir juntos a un piso de alquiler en Trobajo del Camino, junto a los dos hijos que la víctima conservaba de su matrimonio. Amenazas y violencia Varias denuncias y una orden de alejamiento La relación, que fue calificada por los testigos de «turbulenta», estuvo acompañada de amenazas, y denuncias por malos tratos a finales del 2002 y principios del 2003, que derivaron en una orden de alejamiento, dictada por el Juzgado de Instrucción número 2 de León. También se presentaron diversas denuncias por daños. Punto final La víctima comunica su decisión de romper la relación A raíz de los múltiples episodios de esta índole, la mujer decidió dar por finalizada la relación el 8 de agosto del 2004, y se lo comunica al varón. Primeros miedos De las llamadas telefónicas a la vigilancia La ruptura no fue aceptada de forma pacífica y la víctima recibió constantes llamadas del acusado, que además la vigilaba y merodeaba por las inmediaciones de su domicilio a menudo, con lo que se creó una sensación de miedo y desconfianza en la víctima. Un ultimátum O recogía sus pertenencias o las arrojaba a la basura En los primeros días del mes de septiembre, el acusado llamó a la víctima, con la que ya no convivía, para que recogiera unas pertenencias que se encontraban en casa del imputado, en El Ferral del Bernesga, bajo la amenaza de que, en caso de no presentarse a por ellas, las arrojaría a la basura. Último intento A solas, en el domicilio del agresor, rechaza reconciliarse La pareja volvió a encontrarse en la casa que habitaba el varón, que trató de convencer a la víctima de que se reiniciase la relación. Agresión y daños 14 pinchazos en el cuello y el tórax con un objeto punzante Ante la negativa, el acusado usó algo similar a una navaja o un punzón, y propinó a la mujer 14 pinchazos de escasa profundidad, pero muy dolorosos, en cuello, tórax y pecho. Casi sin conocimiento Un fortísimo golpe tras la oreja la deja sin sentido El procesado usó un objeto cilíndrico, similar a un vaso, para propinar un durísimo golpe en la región occipital izquierda a la mujer, detrás de la oreja, que provocó una herida de la cual manó sangre de forma muy abundante como consecuencia del impacto. Muerte en el acto Le rompió el cuello con giros muy bruscos y violentos Con la víctima en situación de total indefensión, el acusado la agarró por el cuello y después de sujetarla por detrás, con movimientos bruscos, le rompió el atlas y la primera vértebra cervical del cuello, lo que le ocasionó la muerte de forma instantánea y sin posibilidad de recuperación. Borrar pruebas Ralló las paredes del pasillo para eliminar la sangre El procesado raspó las paredes de la casa, para eliminar las salpicaduras de sangre, y fregó el suelo, a pesar de que no consiguió su propósito y dejó huellas. Abandonada en su coche Introdujo el cadáver en el maletero y aparcó en León Una vez muerta la víctima, el acusado envolvió el cadáver en una manta que había estado en casa de ella hasta unas semanas antes, metió el cuerpo en el maletero del coche de la mujer, y lo condujo hasta el Paseo de Salamanca, donde lo abandonó hasta que fue descubierto el día 16 de septiembre del 2004. Varias agravantes La víctima estaba indefensa y sufrió innecesariamente Tras considerar el veredicto que la autoría de los hechos es obra del acusado, el jurado señala que el procesado tenía evidente superioridad física sobre la fallecida, que utilizó los medios que necesitaba para que el ataque se produjese sin riesgo para su integridad y que produjo a la mujer un sufrimiento innecesario que le llevó a ensañarse con ella. Por todo ello, se le declara culpable de asesinato, con alevosía y ensañamiento.

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