El fiscal pide a Conde una rectificación y un euro por daños al honor de Agelco

El juzgado de Primera Instancia número 5 de León dejó ayer vista para sentencia la demanda por intromisión en el honor que presentó la Agrupación de Empresarios Leoneses de la Construcción (Agelco) contra el candidato a la alcaldía de León por Izquierda Unida, José Luis Conde, que acusó al colectivo de blanquear dinero a través de sus negocios con el Ayuntamiento y de relacionar las actividades del grupo empresarial con las práctica mafiosas, tras acuñar el término «Agelcomanía». El fiscal solicitó una condena simbólica de un euro y la rectificación pública del acusado, calificación a la que se adhirió la acusación particular, conformada por los letrados de Agelco. El procesado declaró que sus manifestaciones habían sido realizadas al ardor de un acto de carácter político «porque nuestra intención era explicar la voluntad de acabar con la actual política urbanística del Ayuntamiento, y la referencia al blanqueo de dinero se hacía en alusión a una situación general en todo el país, que puede ser en muchos casos legal, pero desde luego es inmoral. Hay empresarios que invierten 2.000 millones de pesetas en terrenos, y luego evitan pagar impuestos porque solamente tienen que abonar el IBI. A eso me refería». Conde dijo ante la juez que no pretendía injuriar, solamente explicar cómo está la ciudad en esta materia y negó que aludiera a los constructores. «Me estaba refiriendo al Ayuntamiento, por supuesto». Confirmó su certeza de que Agelco es beneficiario de estas prácticas «pero de forma indirecta» y calificó de valoración política su teoría de que los empresarios tratan de ejercer un control sobre Caja España: «Puede haber un interés, pero es legítimo». Acusaciones La letrada de la acusación particular entendió documentadas las pruebas de injurias tras la declaración del imputado «porque las expresiones que ha proferido van más allá del terreno político y atentan contra una sociedad mercantil». Calificó como intromisión en el honor el delito y lamentó que las manifestaciones no se ejercieran de una forma «menos lesiva para el honor de mis representados». La defensa calificó de «cabezonería o ignorancia» la postura de las acusaciones y reclamó un esfuerzo mental «para entender el marco en el que se producen las manifestaciones». Consideró poco afortunadas las expresiones vertidas por su patrocinado «pero a los dos días se produjo una rectificación que es suficiente, y con la que está cayendo, que estemos en el Juzgado por este asunto, es cuanto menos, para sonrojarse».