La empresa minera rechaza las presiones de Endesa para suspender la negociación del 2007
MSP corta el suministro de carbón a Compostilla por la crisis de precios
La eléctrica dejó de recibir material el lunes, y se repite el enfrentamiento de hace un año
La Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) ha sido la primera empresa que ha llevado a la práctica las amenazas lanzadas en las últimas dos semanas por la patronal del carbón, Carbunión, después de que el Instituto para la Reestructuración del Carbón pusiese sobre la mesa nuevos criterios de negociación de los precios del mineral que se entrega a las centrales térmicas. Desde el pasado lunes la compañía minera ha suspendido el suministro a la central térmica de Compostilla, con lo que abre una nueva guerra con Endesa similar a la que hace un año le llevó a detener el envío durante varios meses. A pesar del acuerdo alcanzado entonces sobre los precios, en un proceso que llegó a los tribunales, las dos empresas no han cerrado aún el precio del carbón para el ejercicio del 2007. El problema no afecta en esta ocasión únicamente al Grupo Alonso. De hecho, la patronal del carbón ya denunció que varias compañías eléctricas están presionando a las mineras para pagarles el carbón que reciben en las térmicas a precios más bajos; y han suspendido las negociaciones sobre los contratos para este año hasta que el Ministerio de Industria aclare su postura sobre cuál será el parámetro que deberán aplicar para calcular el precio del carbón nacional. Diferentes criterios Hace un año el grupo que preside Victorino Alonso se enfrentó ya con Endesa cuando la eléctrica pretendió imponer un precio para el carbón que recibía que no respetaba la relación con el precio del carbón internacional y las ayudas al consumo que reciben por parte del Estado. Ahora de nuevo se cuestionan las referencias que deben marcar el precio; y las eléctricas, según denunció Carbunión, han suspendido las negociaciones sobre el precio a aplicar durante el 2007. El problema surge de la interpretación que pretende imponer el Instituto del Carbón, según las empresas mineras por las presiones del potente sector eléctrico. Hasta ahora el precio se calculaba en función de unos índices que tenían como referencia a cuánto se pagaba el carbón nacional, mientras la Administración subvencionaba el consumo de carbón autóctono para hacerlo más atractivo a las eléctricas, que en realidad pagaban menos por él. Ahora el Instituto del Carbón pretende que el precio del mineral internacional sea un límite máximo para fijar lo que se paga por el autóctono, lo que en opinión de las mineras no sólo contraviene el Plan del Carbón recién firmado sino que conculca los derechos de las empresas a negociar libremente el precio de los bienes que intercambian. El próximo martes, en Madrid, se debatirá la polémica.