Análisis, médula y una vidasalvada

Anualmente una veintena de leoneses deciden donar su médula ósea. El pasado año, la realización de una campaña específica en Ponferrada permitió elevar la cifra de forma espectacular. De esa veintena de registros anuales se pasó a 135 inscripciones, explica Ramón García Sanz, uno de los responsables del Centro de Referencia Autonómico para las donaciones y trasplantes de Médula Ósea ubicado en el Complejo Hospitalario de Salamanca. El éxito de campañas como ésta es lo que ha llevado a la Fundación Nacional para el fomento de la donación a emprender, desde León, una campaña de donación que les ha permitido crear un millar de nuevos carnés de donantes de órganos. La donación de médula constituye, quizá, una de las más desconocidas. El centro charro trabaja con algo más de 3.500 donaciones procedentes de toda la autonomía, una «cifra que está dentro de los rangos lógicos nacionales», explica el especialista. La falta de una especificidad en las donaciones, la llamada histocompatibilidad, hace que la salida de tejidos sea muy baja, una media de cinco anuales, precisa el doctor. Los requisitos para la donación son básicos: tener entre 18 y 55 años, estar dispuestos a ser donantes y presentar un correcto estado de salud. En casos especiales, explica García Sanz, se admiten donaciones de personas con alguna patología no grave. Es en aquellos donantes dirigidos, las extracciones que se realizan, generalmente, de un miembro de la misma familia del enfermo para garantizar una coincidencia más elevada en la compatibilidad, esencial para garantizar el éxito del implante celular. El Registro de Donantes de Médula Ósea (Redmo), creado en 1991 al albur de la Fundación Josep Carreras, incluye algo más de 54.000 donantes, con una tasa de 1.237 donantes por cada millón de habitantes. Navarra, Extremadura y Castilla y León tienen los porcentajes más elevado de donación por habitante. El número anual de donantes crece en unos 4.000, una depuradas las listas con las salidas de los mayores de 55 años. De todas las clases El perfil del donante es imposible de definir. «Son personas de todas las clases y condición. No existe una tipología», subraya García Sanz. Precisamente en la falta de requisitos previos para la donación, excepto la barrera de la edad, radica el proyecto de fomento de la cesión altruista puesto en marcha desde León por Fundaspe, siglas tras las que está la Fundación Nacional del Fomento de la Órganos para trasplantes, tejidos, sangre, plasma y médula ósea, un complejo nombre que oculta una sola idea: tus órganos pueden salvar vidas., «Necesitamos un banco de donantes lo más amplio posible, para poder garantizar las necesidades», explica Martín Manceñido, presidente de Fundaspe. Estima que 54.000 registros nacionales son «suficientes» porque el banco nacional está inscrito en todas las redes internacionales lo que abre el campo a millones de médulas óseas. 59% de donación extranjera La importancia de la apertura de estas vías se confirma con un solo dato: el pasado año 2005 se realizaron en España 86 implantes, sólo trece procedían de donantes nacionales, el resto llegaron de países como Alemania (37), Estados Unidos (24) o Suecia. Alemania tiene, en su registro, más de 2,5 millones de donantes e Israel, con algo más de doscientos cincuenta mil, multiplica por veinte las tasas de donación por millón de habitantes españolas. El avance en estos países de la donación se mide, también por otros parámetros. En los implantes de sangre de células de cordón umbilical efectuados en 2005 en España (62) sólo el 29% de las unidades procedían de bancos españoles. El camino contrario lo realizaron menos muestras, apenas 70 donaciones españolas trasplantaron las fronteras, 58 de ellas de sangre de cordón umbilical. La Red destaca, en su memoria anual, «el descenso que se registra en los últimos cinco años en el empleo de médula ósea como fuente de obtención de progenitores hematopoyéticos frente al desarrollo de la utilización de la sangre periférica y de al sangre de cordón umbilical». Hace ya un año se logró alcanzar la cifra de un millar de implantes de médula ósea de donante voluntario no emparentados.