«Ahora cuesta igual producir que lo que nos pagan»

La granja La Piedad se ajusta al perfil hacia el que ha evolucionado el sector del ovino de leche en la provincia leonesa: inversión en ganadería y equipo para competir más y mejor. La Piedad, que gestiona en régimen cooperativo Dionisio González junto a su mujer y sus dos hijos, está establecida en la comarca láctea por excelencia de la provincia leonesa: en la zona baja de la vega del Esla, en Algadefe, donde la pirámide social y el dinamismo económico está estrechamente ligado al carácter de emprendedor que han mostrado los vecinos de la zona con las explotaciones ganaderas. Con un millar de cabezas, La Piedad forma parte de un censo ganadero que se asemeja a la época anterior al exterminio masivo de explotaciones lácteas en León, asfixiadas por la falta de apoyo de las administraciones, que se repite año tras año en las dos última décadas. En el entorno de Algadefe «en Toral, Villamandos, en este pueblo», señala Dionisio González, faltan dedos en las manos para contar los negocios de producción de leche que permanecen activos. «Y en cada explotación hay gente joven; pero, ¿usted cree que en esta situación se va a poder aguantar mucho tiempo? No lo crea», advierte antes de exponer con precisión toda la inversión que se ha depositado en esta explotación familiar y cooperativa. La cuarta generación se incorporó al negocio y costeó una inversión de 150.000 euros «veinticinco millones de pesetas» -acentuó Dionisio González-, para reseñar el valor de equivalencias casi al mismo tiempo que las industrias decidieron dejar caer los precios de compra de la leche de ovino. No los del producto transformado. «Ahora mismo los costes son idénticos al precio que obtenemos por la producción. A este ritmo no podemos amortizar la inversión en condiciones». La inversión económica no se puede disimular en los más de dos mil quinientos metros cuadrados sobre los que se asienta la explotación: sala de ordeño mecanizada, red que conduce la leche hasta un tanque de frío que puede almacenar hasta tres mil litros, sistema de limpieza automático, oficina, aseos y ducha para ajustarse a las normas más estrictas de higiene. El sistema de alimentación de las reses también es automático. De la oveja, el queso Al fondo, las naves en las que se clasifican más de mil ovejas de raza Assaf «genética pura», resumen el ganadero y su hijo Dioni: ganado de recría, en fase de gestación o en plena producción de leche. La raza Assaf resulta excelente en producción lechera y hay ejemplares que pueden alcanzar los 1,8 litros. Cada dos días un transporte cisterna de un operador lácteo que trabaja para una gran empresa quesera saca la leche de la granja La Piedad con destino a Valladolid (la mayor parte) y a Arriondas. Desde hace unos meses, un 20% por debajo del límite del beneficio. La cooperativa La Piedad ha ganado distinciones por la actitud lechera y la definición genética de sus ejemplares en el concurso ganadero de Toral de los Guzmanes. El relato de éxitos cosechados lo devora ahora la misma inquietud que persigue al sector.