La falta de suministro eléctrico dejará sin regadío a 6.000 hectáreas del Esla

Los cultivadores afectados por la falta del suministro eléctrico necesario para impulsar la estructura de nuevos regadíos ha adoptado medidas urgentes para lograr que el agua riegue seis mil hectáreas a partir de la próxima primavera. Los terrenos afectados se extiendan por las localidades de Valencia de Don Juan, Villaornate y Castro, Campazas y Villafer. La primera interpelación acordada ayer tarde en asamblea por los regantes se dirige a la Junta de Castilla y León, que comunicó la pasada semana la cesión de dos líneas eléctricas a la comunidad de regantes de la Margen Izquierda del Porma. En la reunión de Valencia de Don Juan se denunció que estas estructuras no están acompañadas de suministro eléctrico. «Y según nos ha confirmado la empresa eléctrica que lleva la distribución en esta zona, no habrá corriente disponible en una o dos campañas», explicó el presidente de la comunidad a los afectados, que acordaron por unanimidad rechazar la cesión del tendido eléctrico notificado por la administración autonómica. La unanimidad también prevaleció para exigirle a la Junta «una solución alternativa para que las estructuras de riego cuenten con suministro eléctrico» mientras se alcanza la solución apropiada. Los regantes creen que, en compensación por la falta de corriente, la Junta debe disponer y correr con los gastos de la instalación de generadores eléctricos que hagan posible el regadío en el 80% de la superficie transformada en nuevos regadíos al sur de Valencia de Don Juan. «Nosotros no podemos asumir estos tendidos porque entendemos que es una competencia de la Junta, que ha gestionado la construcción y no ha procurado el suministro de electricidad», se reseñó en la asamblea. Los planes para aportar corriente a este tendido pasan por instalar una subestación eléctrica en las inmediaciones de San Millán, que aún no se ha iniciado. Las demandas serán ratificadas los próximos días por la junta de gobierno de la comunidad de la Margen Izquierda, inmersa en un proceso de renovación de estructuras gracias a la paulatina incorporación del agua. Los agricultores no ocultan su desconcierto ante la situación que se les avecina: «Anuncian desde hace dos años que iba a llegar el agua y resulta que cuando llega no hay corriente para apretar el botón», destacan los afectados.