«Extremadamente inflamable»
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo advierte de los peligros que puede producir la emanación de metano, porque es un gas «extremadamente inflamable». Para que no se produzca la deflagración es neceserio evitar las llamas y las chispas. De producirse un incendio aconsejan sofocarlo con agua pulverizada, polvo o dióxido de carbono. Además, esta sustancia si se mezcla con el aire puede resultar explosiva, por lo que es imprescindible que la zona en la que se produzca la fuga esté dotada de un sistema de ventilación y cuente, también, con un equipo eléctrico y alumbrado a prueba de explosiones; en la variante de Pajares estas medidas están acopladas a la infraestructura. La inhalación del componente gasístico es lesiva para la salud y puede llegar a ocasionar la pérdida de conocimiento; los trabajadores del corredor ferroviario donde se está produciendo la alta concentración del compuesto químico tienen unos equipos de respiración autónoma que evitan que se ocasionen daños físicos. Congelación al contacto En cuanto al contacto con la piel, el órgano de control asegura que puede producir congelaciones «graves». Para evitarlo, las personas que potencialmente pueden exponerse al metano tienen que llevar puestos guantes aislantes del frío.