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La acusadora pasa a acusada

El fiscal entiende que la presunta víctima del «caso de los churros», que no se presentó al juicio, falseó el argumento de la denuncia, y ahora pide para ella una pena de hasta dos años de prisión

González Sandoval, en una fotografía de archivo de su etapa como juez de menores en León

León

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El Ministerio Fiscal retiró ayer los cargos que había presentado contra dos mujeres que regentaban en el año 2004 un puesto de churros en la feria de Papalaguinda, durante las fiestas de San Juan del 2004, que habían sido acusadas de un delito de lesiones por romper presuntamente un brazo a una clienta que había tocado los churros con los dedos, quejándose de que estaban fríos. La supuesta víctima de los hechos no se presentó al juicio, con lo que la acusación particular decidió retirar los cargos. A la vista de las circunstancias, el Ministerio Público siguió el mismo camino, y no solamente decidió retirar también los cargos, sino que solicitó que se acusara de un delito de simulación de delito por falsa denuncia, que de acuerdo al Código Penal, se puede castigar con penas que van desde los tres meses de multa hasta los dos años de prisión, según Efe . Las dos acusaciones dieron por buena la versión de la defensa y de los testigos, que negaron los hechos que se habían descrito en la denuncia. En San Juan del 2004 La denuncia sostenía que en la tarde del 24 de junio del 2004, en un puesto móvil de churros ubicado en Papalaguinda, una de las regentes del negocio, inició una discusión con una clienta, que le recriminó que el género estuviera frío. De acuerdo a la versión de la denunciante, el tono de la disputa subió hasta que la víctima fue golpeada con una barra de hierro en un brazo, lo que le habría provocado una supuesta fractura de cúbito. Por estos hechos, el fiscal solicitaba una pena de un año de prisión para las dos propietarias del negocio, y una indemnización de casi 4.000 euros por los daños. La acusación particular había elevado la condena que solicitaba a tres años de prisión. Los testigos que comparecieron en la sala negaron esta versión de los hechos. A la vista de lo ocurrido ayer, el fiscal consideró cierta la teoría del abogado defensor de las dos mujeres, que sostenía que una sólo había recriminado a la denunciante de palabra su forma de proceder, y que la otra se encontraba en la parte de atrás de la furgoneta y no había visto nada de lo ocurrido, con lo cual, se retiraron los cargos.

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