«Algo falla en un país que obliga al 50% de su población, a las mujeres, a elegir el bebé o el jefe»
El ministro, con tres hijos adoptados como recuerda siempre, ha sido pionero en la puesta en marcha de medidas de conciliación de la vida laboral y personal. -¿Le importa ser recordado como el ministro del Concilia? -No es una de las cosas de la que más orgulloso me siento porque creo que los principios del siglo XXI tienen algunos problemas distintos al XIX y al XX y uno de los problemas importantes de nuestra sociedad es cómo hacer compatible, especialmente para las mujeres, la vida profesional y lo personal. Que puedan ser lo que quieran ser, y hasta donde quieran llegar en lo profesional, sin que eso signifique que tengan que hacer renuncias y sacrificios vitales en su vida privada; que no se vean en la tesitura de tener que elegir, como decía un informe de la OCDE, o mi bebe o mi jefe. Cuando una sociedad coloca al 50% de su población, que son las mujeres, en la tesitura de tener que decidir entre su vida profesional o su familia esa sociedad está fallando en algo y está fallando y mucho a ese 50%. Algunas cosas se tienen que hacer, algunas medidas se tienen que cambiar. Quise contribuir con el Plan Concilia, que se ha extendido como Ley de Igualdad al resto de las administraciones, y que me cabe la satisfacción que ha sido muy copiado por otras empresas privadas que introducen, con fuerza y vigor, estas medidas de conciliación. -El compromiso social, la Ley de Igualdad o la Ley de Independencia ¿será el recuerdo que quede de este gobierno Zapatero? -Yo creo que va a haber tres cosas básicas. Vamos a situar a España en condiciones de abordar los retos del siglo XXI, rompiendo lastres del pasado como la tasa de paro, la incorporación de la mujer o la innovación tecnológica, hacer eso compatible con niveles de cohesión social y de no dejar fuera a quienes no son capaces de adaptarse o alcanzar el ritmo. Hay gobierno que asumen como una obligación ayudar al que no puede, esforzarnos por mejorar las condiciones de vida de quienes lo tienen mas difícil y eso significa la Ley de Dependencia, pero también la subida del Salario Mínimo Interprofesional o la subida de las pensiones. Detrás de cada medida hay cientos de miles de personas que, si el Gobierno no adopta esas medidas, se queda atrás. La sensibilidad social del Gobierno se nota ahí.