| Reportaje | De la montaña al fondo del mar |
Entrañas de una cordillera
Tres relevos trabajan día y noche en la cantera, desde donde salen cada jornada entre 50 y 60 camiones cargados de piedra caliza con destino a las obras de ampliación del puerto del Musel en Gijón
Una treintena de trabajadores acuden cada jornada desde hace aproximadamente tres meses a la cantera de Mirantes de Luna. Fue en ese momento cuando la empresa explotadora -la sociedad asturiana Bergase- comenzó a suministrar piedra caliza a las obras de ampliación del puerto del Musel en Gijón. Desde entonces y hasta ayer, cuando los trabajos cesaron en cumplimiento de una resolución de la Junta, cada día salen de esta cantera entre cincuenta y sesenta camiones cargados con escollera rumbo a la ciudad asturiana. Los trabajadores acuden a la explotación en tres turnos de ocho horas para que las extracciones no cesen. Camioneros, palistas, encargados de la báscula y expertos en voladuras integran la plantilla, que ahora aguarda la vuelta al trabajo tras el cierre. La piedra caliza que se extrae en estas tres hectáreas en Mirantes supone tres grupos: aquellas que pesan entre los 100 y los 300 kilos, las comprendidas entre los 500 y 1.500 y las que se encuentran entre los 1.500 y los 3.000. La explotación también genera lo que se denomina menudo: piedras de pequeño tamaño adecuadas, sobre todo, para relleno de carreteras y otras obras. Ayer, palas excavadoras, camiones, básculas y otras máquinas estaban paradas. Tampoco había trabajadores.