| Reportaje | Exposición Humanos y Osos |
De los osos y el hombre
La Fundación Oso Pardo abre en el Colegio de Arquitectos de León, hasta el 8 de abril, la exposición dedicada a sensibilizar a la sociedad con la defensa de esta especie
Unas 150 piezas aportadas por museos nacionales e internacionales se pueden contemplar en León, en el Colegio de Arquitectos hasta el 8 de abril, en una exposición que desvela los entresijos de las variadas relaciones entre el hombre y el oso desde la prehistoria, cuando se «toleraban», hasta ahora, cuando este animal es una especie en extinción. Con un planteamiento didáctico, Caja Cantabria y la Fundación Oso Pardo han organizado esta exposición, titulada humanos y osos. Una historia paralela y que tiene como objetivo trasladar información, según explicó ayer en rueda de prensa el presidente de la Fundación, Guillermo Palomero. Huesos, cepos, reproducciones de osos, libros e incluso un disfraz de carnaval, además de vídeos y paneles explicativos, se pueden observar en esta exposición sobre el oso pardo, una pieza fundamental de la identidad del patrimonio natural de la cordillera cantábrica. La exposición arranca con una muestra de elementos paleontológicos, entre ellos, un conjunto de huesos de oso procedentes de Alemania, con signos evidentes de que fueron comidos por el hombre. En la segunda parte de la exposición, que se enmarca en la Edad Media, se percibe el momento en el que el oso es «mimado» por nobles y reyes, al ser considerado importante para la caza y la guerra. Así, se puede contemplar un libro de montería escrito en el siglo XIV por el Rey de Alfonso XI en el que cuenta como se cazaba esta especie. La caza libre A partir del siglo XVI, en lo que constituye la tercera etapa de las relaciones entre humanos y los osos, se da vía libre a la caza de esta especie, debido a que se consideraba un problema para los cultivos y la miel. La muestra concluye con el momento actual, en el que se reflejan la huella que ha dejado el oso en nuestra sociedad. Aparecen fotos de «cortinos», construcciones que se realizaban en piedra para proteger la miel de este animal, o un disfraz de carnaval de oso. Según explicó el presidente de la Fundación, el oso jugaba un papel importante en los carnavales. Guillermo Palomero se refirió a la población de osos pardos en la Cordillera Cantábrica e indicó que se han contabilizado unos 130 ejemplares, un número que va en aumento. «Es una buena cifra, esperanzadora, pero no tenemos que olvidar que está en peligro de extinción», afirmó. La exposición, que estará en León hasta el 8 de abril en el Colegio de Arquitectos, ya ha pasado por el Palacio de Caja Cantabria en la localidad cántabra de Santillana del Mar.