La integración del AVE iniciada con el Enlace Sur multiplica su soterramiento

El AVE aún no ha llegado a León, pero ya tiene marcas en la tierra. Hay máquinas y un cartel -«Estamos trabajando para usted. Disculpen las molestias», se puede leer-; el mismo que se colocó el 24 de enero de este año, víspera de la visita frustrada de José Luis Rodríguez Zapatero a la capital leonesa. Ese día, el letrero, que anuncia el proyecto del Enlace Sur, quedó en pie como muestra de que la integración ferroviaria es un hecho y la vía camina hacia el cambio de la fisonomía de toda la zona oeste de la ciudad. Aquello que quedó pendiente en enero se resolverá hoy. Rodríguez Zapatero llegará a la capital, después de su paso ayer por el Bierzo, para supervisar los primeros trabajos de la integración ferroviaria y anunciar la multiplicación del proyecto, que pasará a tener un kilómetro más de vía bajo tierra y 80 millones de euros a mayores de presupuesto por cuenta del Estado -que aportó en la constitución de la sociedad León Alta Velocidad otros 18 millones-, con la firma del ministerio de Fomento, cuya ministra, Magdalena Álvarez, acompañará al regidor del Ejecutivo central en su visita a los dominios leoneses. El proyecto de la carpeta socialista permitirá que San Andrés del Rabanedo se vea afectado por el soterramiento, que no se contemplaba en la concepción inicial. En vez de que el tren aparezca una vez rebasado el paso a nivel del barrio del Crucero, la línea continuará oculta casí mil metros más, con lo que se conseguirá librar el triángulo ferroviario que reparte los tráficos hacia Asturias o La Coruña, así como el paso elevado de la Nacional 630 a la altura del hipermercado Lidl, que será innecesario y hará que la avenida Párroco Pablo Díez pase recta por el espacio donde ahora está ubicada la pasarela para el tránsito peatonal. Los efectos que generará el modificado del proyecto, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en el mes de diciembre, no se cuantificarán en beneficios monetarios directos por plusvalías para la construcción de edificios, aunque su incidencia sea urbanística. La tradicional separación de los barrios de Paraiso Cantinas, La Sal y la localidad de Trobajo del Camino desaparecerá para dejar abierto el desarrollo de la malla urbana y la aparición de nuevos equipamientos sociales.