Diario de León

Su declaración se contrapone con la del maquinista, que aseguró haber seguido las instrucciones

El jefe de tráfico declara que las señales funcionaron bien en el siniestro de Villada

El imputado declaró ante el juez que las comunicaciones con el convoy fueron las habituales El

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M. Pérez - redacción
León

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El jefe de tráfico ferroviario de la estación de León aseguró ayer ante el titular del Juzgado número 3 de Palencia, que supervisa las diligencias abiertas a raíz del accidente ferroviario de Villada, que el protocolo de comunicación y señalizaciones funcionó con normalidad el día del siniestro. El responsable de la circulación ferroviaria en su puesto de León, que declaró ayer a puerta cerrada en calidad de imputado por espacio de hora y media ante el juez que instruye el caso, aseguró que las conversaciones entre el puesto de mando y el convoy fueron las habituales del procedimiento, según señalaron fuentes jurídicas del caso, ya que el compareciente rehusó hacer declaraciones ante los periodistas congregados en los pasillos del Juzgado. Las mismas fuentes subrayaron que el declarante aseguró que mantuvo una conversación con el maquinista en la que le informó de que la señalización en el panel de control, antes de producirse el accidente, había funcionado correctamente. Versiones contrapuestas La declaración del jefe de tráfico se contrapone con la ofrecida el pasado mes de noviembre por parte del maquinista del convoy, quien aseguró ante el juez que mantuvo en todo momento la hoja de ruta y actuó conforme al programa de señalizaciones. Además, indicó que la causa del accidente ferroviario pudo ser por un posible error en la constatación del sistema informático del estado de señal de avanzada. La citación del jefe de tráfico de la estación de León, que estuvo acompañado fuera del Juzgado por varios compañeros, se fijó para tratar de contrastar los datos aportados también como imputado por el maquinista. El juez instructor, tras la aportación del conductor del tren, solicitó a un perito informático la elaboración de un informe para constatar si el sistema informático de señales funcionó correctamente. Durante el transcurso de las diligencias, el juez encargado de la investigación también solicitó los telefonemas enviados en la fecha del accidente para intentar averiguar si el aviso del cambio de agujas llegó a su destino, no fue enviado desde el Centro de Control de León o pudo ser ignorado por el maquinista del tren accidentado. El contenido de la Central de Registro-Hasler (más conocida como caja negra), indicó que el convoy que cubría la línea La Coruña-Vigo-Bilbao-Hendaya, supuestamente circuló en el lugar de los hechos a 125 kilómetros por hora cuando debía haberlo hecho a 30 kilómetros por hora. Además, el primer informe de la Guardia Civil señaló que supuestamente el conductor del tren sí realizó el reconocimiento del aviso de cambio de agujas, pero posteriormente no redujo la marcha a los 30 kilómetros por hora como indica el protocolo, aminorando con posterioridad bruscamente de los 150 kilómetros/hora a los que circulaba a 120, sin tiempo para adoptar la velocidad adecuada. El tren que cubría la línea La Coruña-Vigo-Bilbao-Hendaya, con 426 personas a bordo, descarriló el pasado 21 de agosto en las inmediaciones de la estación de Villada, situada a pocos kilómetros de Sahagún, y en el siniestro murieron siete personas, seis de ellas en el lugar del siniestro y una más dos semanas después del accidente, y causó heridas a más de 70. Los dos primeros vagones se estrellaron contra el pilar del puente que antecede a la estación de Villada, que quedó destrozado por el impacto. La colisión se produjo apenas cinco minutos después de que el convoy abandonara la estación de Sahagún.

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