Diario de León

En uno de los muchos paseos con mi abuela

Sandra Turrado Vega. 2º E.S.O.. Colegio Nuestra Señora del Carmen. La Bañeza

Sandra Turrado Vega. 2º E.S.O.. Colegio Nuestra Señora del Carmen. La Bañeza

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León

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En uno de los muchos paseos con mi abuela por el campo, me contó, cómo hace años, con la llegada de las cálidas noches de primavera, le encantaba pasear por la ribera del río, escuchando el incesante cantar de las ranas... Ahora se desespera al hacerlo... Es difícil no encontrarse anfibios u otros animales muertos a las orillas... ¿Y todo por qué? Por los terribles pesticidas y otros tóxicos que le llegan al río. Los agricultores, por falta de información de los fabricantes, y una cultura agrícola basada en la producción, han usado estos productos para «limpiar» sus campos. Pero no sólo de «las malas hierbas» que no son propias de su cosecha, sino también de infinidad de seres vivos. A principios de la década de 1960, empezaron a venderse, con total normalidad e impunidad, y sin una ley que los regulara, una gran cantidad de productos químicos para el campo. Esta venta, llegó a convertirse en una «guerra» entre los distintos fabricantes, a quien sólo importaban los beneficios, sin preocupación por los daños medioambientales que causaran. Los pesticidas, son pulverizados, envenenando la tierra y la hierba, en algunos casos el alimento de algunos animales. Los compuestos tóxicos de estos productos, se han ido acumulando con el paso del tiempo, en las tierra de cultivo, y con las lluvias y el riego, pasan a los ecosistemas, en los que viven y se reproducen gran cantidad de seres vivos, provocando en ellos daños irreparables. Esto, no acaba allí, pues el agua, llena de tóxicos, es fatal para los seres vivos acuáticos, ya que penetra en el cuerpo del animal, afectando sus órganos vitales, y provocando su muerte. Así, todas las cadenas alimenticias, se ven afectadas, y llegará un punto en el que la propia humana también corra peligro. Y, después de escribir esto, sólo se me ocurre una pregunta: ¿Seremos capaces las nuevas generaciones de devolverle algún día a los valles fluviales su sinfonía?

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