El nuevo colector de Villaquilambre estará finalizado en apenas 15 días

El Ayuntamiento de Villaquilambre está a punto de concluir la obra de renovación del saneamiento integral de aguas negras, una obra imprescindible desde hace muchos años pero a la que, en los dos últimos años, se le ha dado el impulso definitivo. Comenzada hace dos años, en quince días estará concluida. La red actual es prácticamente unitaria y con tubería que, en muchos tramos, es completamente insuficiente, no sólo para poder desaguar aguas negras y pluviales, sino incluso, en ocasiones, para las aguas negras solamente, especialmente en el colector que discurre por la calle La Cerrada, desde la Presa Vieja hasta el colector general en Villaobispo, lo que provoca esporádicos casos de contaminación y malos olores en la Presa Vieja. La obra emprendida por el Ayuntamiento consiste en una primera fase de nueva red general de recogida de aguas negras, desde el emisario general, en la zona de La Granja, que conduce las aguas a la estación de León y su alfoz, hasta la planta de Villamoros de las Regueras, discurriendo por la margen derecha del río Torío y una segunda fase desde Villamoros hasta Navatejera; a este segundo colector se conectan otros tres colectores ya existentes: el de la margen izquierda de la carretera de Santander, el de la margen derecha de la misma y el de Villarrodrigo. Cuando esté en pleno funcionamiento, el colector primario será el encargado de recoger prácticamente todas las aguas negras del municipio, en tanto el secundario recogerá las aguas negras, sobre todo, de los asentamientos futuros. Las tuberías que se han empleado son de hormigón prefabricado de enchufe y tienen 1.200 milímetros de sección en el colector primario o tramo de la primera fase, y 800 en el colector secundario o tramo de la segunda fase. También se han construido pozos de registro impermeables, pasos subterráneos, sifones y nuevo pavimento. Una obra en cuatro fases El presupuesto de la obra supera los 600.000 euros y en la obra han participado cuatro empresas, correspondientes a las cuatro fases de ejecución en las que se dividió el proyecto. La primera fase se terminó de ejecutar en 2005, con un coste de 160.000 euros; el año pasado se ejecutaron la segunda y tercera fase, adjudicadas por 400.000 euros, de los que 200.000 fueron subvencionados por la Diputación Provincial, y ahora se concluye la última fase, presupuestada en otros 40.000 euros. El concejal de Infraestructuras, Lorenzo Carro, destaca la importancia que el proyecto tiene para un municipio de tan rápido crecimiento urbanístico «sobre todo porque evitará cualquier tipo de contaminación de los arroyos que pueda ahora producirse cuando se satura el colector actual y, en este sentido, también la imprevisión que se ha tenido en el pasado, teniendo en cuenta que esta obra es crucial para el desarrollo y el medio ambiente del municipio».