Explicar lo inexplicable

En la política, como en la vida, cuando se toma una decisión, sea la que sea, se debe apechugar con ella y seguir adelante. Pero dicen los que saben de esto de la cosa pública, que cuando una decisión que se ha tomado se tiene que explicar muchas veces, o no ha sido la más apropiada o, sencillamente, no debería haberse tomado. Algo así le está pasando al Partido Popular con el veto que ha impuesto al Grupo Prisa y a todos sus medios de comunicación. En el día de ayer, en todos los círculos políticos de León se comentaba el veto del PP al Grupo Prisa más que ninguna otra jornada porque, quizás ayer, fue el día en que este veto se dejó sentir por primera vez con fuerza en León, tras la confirmación de que Isabel Carrasco no acudiría a Radio León para participar en el programa de este periódico «El Diario de León tiene la palabra». Unos y otros, de uno y otro signo, se esforzaban por comprender qué pretende o qué aspira a conseguir el Partido Popular con este veto, inútil e injustificado. Pero quizás, por venir precisamente del seno del propio PP, conviene destacar la de aquellos populares que ayer se atrevían a decir frases como: «Se están equivocando»; «es un error» o «lo que hay que hacer es acudir a todos los programas para explicarnos y poder criticarles allí, en su casa». Otros, en cambio, siguen en la idea de querer explicar lo inexplicable. A éstos conviene hacerles la siguiente pregunta: ¿verían lógico que cualquier medio de comunicación vetara al PP, sencillamente porque no le hubiera gustado una afirmación que un dirigente de ese partido hubiera hecho, en el uso de su libertad de expresión? Señores del Partido Popular, los jueces y la justicia están para, precisamente, desagraviar al que, en un momento determinado, se ha podio sentir agraviado; los vetos, en cambio, sólo agravian a aquel o aquellos que los ejecutan.