El Brent, Irán y la oportunidad de ganar más
De nuevo el repunte de los precios del crudo y la crisis iraní se apuntan por parte de las petroleras como causas del incremento del precio de las gasolinas. Causas que son ciertas, pero no menos que el hecho de que la llegada de desplazamientos masivos por parte de los españoles se traducen indefectiblemente en incrementos de los precios del combustible. Sea cual sea, en el fondo, la coyuntura general del sector. La falta de competencia en el sector de las gasolineras se apunta, una y otra vez, como el motivo por el cual, por encima de las situaciones del mercado, los precios que pagan los consumidores repuntan o se atenúan dependiendo directamente de la previsión de un sensible incremento del consumo por parte de los conductores. En cualquier caso, lo cierto es que el precio del petróleo se acerca a los 70 dólares el barril Brent, el precio que superó el pasado mes de agosto. Desde entonces había tenido una tendencia descendente, que se había ido traduciendo en rebajas sucesivas en los surtidores de las estaciones de servicio. A principios de año el precio se quedó a casi 20 dólares menos que en pleno verano. Una tendencia tranquila que terminó en marzo, cuando los precios iniciaron una nueva remontada. El agravamiento de la situación política en Irán, el cuarto mayor productor de crudo del mundo, no hace prever una evolución favorable para los consumidores. Teóricamente estos movimientos tardan varias semanas en trasladarse a los consumidores, pero las vacaciones han acelerado el proceso. Cinco céntimos, un 5%, ha subido en León la gasolina más consumida en sólo un mes. Más del doble que la inflación de un año. Habrá más variaciones, pero la llegada de las vacaciones de verano no hacen prever que sean las que esperan los conductores. Habrá más subidas.