| Reportaje | El nuevo espacio de la agricultura |
La pipa con el aceite más codiciado para el consumo
La fábrica de Esla Campos dispondrá de un sistema específico de extracción para lograr un producto que se acerca a las propiedades de la colza para la obtención de biodiésel
Un sembrado de girasoles, cultivo que ahora se va a potenciar y fomentar en la provincia leonesa
La introducción del girasol alto oleico como fuente para la obtención de biocarburante es culpa de un matiz: la pipa de girasol convencional cuenta con unos contenidos en yodo que contraindican su aceite para transformarse en biodiésel. Sin embargo, las semillas del medio y alto oleico se definen por unos niveles de yodo más pobres, que las hacen apropiadas para secundar a la colza en la lista de productos idóneos en la obtención de un combustible alternativo al gasóleo. León será protagonista en este proceso por partida doble. Además de los cultivos, la fábrica de Biodiésel Esla Campos, de inmediata ejecución en Jabares de los Oteros, dispondrá de una extractora exclusiva para obtener aceite de girasol que luego se transformará en biocombustible. El cultivo, al parecer, se justifica por sí solo: «Nosotros hemos visto una oportunidad extraordinaria en este proyecto como ventaja para la rotación de cultivos, porque se trata de un producto que regenera bien la tierra y que además es capaz de obtener nutrientes gracias a la forma de raíz a la que no pueden llegar otros productos», resume Matías Llorente, presidente de Ucogal, la cooperativa que también había promocionado los cultivos de colza, ahora en estado experimental y que han visto multiplicada por diez esta campaña la superficie de siembra. El alto oleico no necesitará más de tres riegos y la necesidad de abono es un tercio más baja que la otros cultivos de regadío.