Diario de León

Un año después de la primera piedra sigue sin erigirse el monumento a los represaliados

El monumento a los represaliados del franquismo, aprobado en el 2005 y cuya primera piedra se colocó el pasado año, cumplirá el sábado su tercer aplazamiento de inauguración

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A. Caballero - león
León

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Se puede pensar que ya no tienen prisa. Pero el tiempo que dejaron por delante, hecho carne, mantiene una deuda con la historia que se perdió. Un no estar durante tantos años que parece inmutable. Un silencio prolongado que amenaza con gritarse desde el 2005, pero que de momento sigue en la garganta, sin encontrar boca. Hace más de tres años que el Ayuntamiento de la capital leonesa, con el voto unánime de todos los grupos municipales, aprobó el proyecto de homenaje a los represaliados del franquismo. En el cuarto punto del texto, se exhortaba a la administración a agilizar los trámites para que el hito fuera inaugurado el 14 de abril de aquel año 2005, en coincidencia con la fecha de proclamación de la II República. Pero, entre peticiones, aprobaciones, documentos, primeras piedras, permisos y consignaciones presupuestarias, al calendario se le fueron las hojas, una tras otra, hasta sumar más de mil... Y las que se anuncia que todavía quedan por delante, una vez abandonado de nuevo el loable propósito de que el monumento esté listo para el día en que se recuerda que la bandera de España llegó a tener tres colores: rojo, amarillo y morado. «No creemos que haya mala voluntad, pero sí cierta dejadez», concede el vicepresidente del Foro por la Memoria, Enrique Díez, quien relata que el Ayuntamiento les ha requerido ahora que presenten «el proyecto definitivo, aunque el arquitecto encargado, el leonés Óscar García Luna, todavía espera unos papeles de la administración para poder hacerlo». Por lo menos, el embrollo burocrático ha dejado ya constancia del compromiso monetario, aprobado por la mancomunidad de servicios funerarios de León y su alfolz (Serfunle), que guarda una partida con 137.300 euros. «Han dicho que una vez que esté todo presentado no habrá ningún problema: en tres meses se podrá ejecutar la obra», mantiene el portavoz del colectivo, que sueña con que los planos de García Luna se hagan realidad sobre la fosa común del cementerio de Puente Castro: una capilla laica formada por dos muros de hormigón de 35 metros, que convergen para crear un espacio íntimo en cuyas paredes colocar las placas con el nombre de los fusilados y paseados entre 1936 y 1939 en León. Se calcula que más de 1.000. Quizá el 14 de abril del 2008 puedan estar, aunque no sean.

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