A Cuadros

Es hábil. No se puede negar que el argumento del pueblo es incontestable y hasta sentimentalmente loable. Isabel Carrasco ya tenía claro hace algún tiempo que no quería ir en la lista de Mario Amilivia, aunque ella ha impuesto en los diez primeros puestos a cuatro personas afines para demostrar al aspirante que también decide en la ciudad, como le advirtió en el momento en que finalmente aceptó que fuera de nuevo el candidato. Rompe la tradición -no escrita, ni reglamentada- del PP que situaba en el puesto número dos de la lista de León a su candidato a la Diputación, como ha sucedido en los dos últimos casos con José Antonio Díez y Javier García-Prieto. De paso, se quita de encima la responsabilidad de concurrir en una lista -la de la ciudad- que lo tiene difícil para igualar el resultado de los últimos comicios. No quiere que Amilivia, en algún momento, llegue a recriminarla que un supuesto «fracaso» pudiera responder a su presencia en esta lista como número dos. Tampoco resultaba cómodo para Isabel Carrasco concurrir a los comicios con alguien -el alcalde- que apostó claramente por el rival de la senadora a la candidatura de la Diputación, García-Prieto, cuando ella también ya se había postulado de manera clara. Un caso similar (no igual) al de Carrasco ocurrió en las últimas elecciones con Fátima López Placer, quien al no poder presentarse por Ponferrada por la negativa del cabeza de lista, llegó a la Diputación por el municipio de Priaranza. Aunque no contempla un escenario tras el 27 de mayo que no sea el de la victoria, Carrasco dice de forma indirecta que cumplirá su papel también en la oposición: «Cuando tomo una decisión no doy marcha atrás ni para tomar impulso. Yo trabajo por el partido y por la provincia». También, contemplando un escenario en la presidencia, ha puesto ya su cargo de senadora a disposición del presidente regional del PP. «Yo no quiero cobrar dos sueldos». De su rival hasta hace unos días, ni palabra. «Hoy no toca», replicó al ser preguntada por la presencia de García-Prieto en las listas autonómicas. De todas formas, aludió a «decisiones difíciles y costosas al ser comunicadas tanto desde el punto de vista político, como personal». Amilivia, ayer, prefirió no hablar para no restar protagonismo a la presidenta, hoy valorará su lista.