Aquellos maravillosos planes
El principal acto que representó el interés de Ebro Puleva por el potencial biotecnológico de León fue la firma del acuerdo de colaboración con la Universidad leonesa para compartir proyectos también en nutrición, ciencia y tecnología de los alimentos; y que incluía intercambios y formación. Esos acuerdos de investigación se han venido desarrollando en los últimos años, según fuentes de la Universidad, que sin embargo no pueden concretar qué proyectos se han desarrollado «por razones de discrección empresarial». El presidente de Puleva, para entonces ya vicepresidente de Ebro Puleva, Javier Tallada, anunció en León en noviembre del 2001 «importantes inversiones» para convertir a Lenosa en una de sus fábricas de referencia de alimentos funcionales (los que están enriquecidos con sustancias beneficiosas para la salud). Tallada firmó en León un convenio con la Universidad que contó con el respaldo de la entonces consejera de Hacienda, Isabel Carrasto; y con el consejero de Industria, Tomás Villanueva. Las investigaciones anunciadas se integraban en los programas de Puleva Biotech, que se trasladaría a León su sede social. Ya entonces se pidió paciencia sobre la ubicación de las nuevas plantas en el parque empresarial (entonces se prefería esta opción a la de parque tecnológico o científico), porque «tardan unos años en materializarse en nuevas plantas de fabricación». Tallada se comprometió a considerar a León como ubicación prioritaria para instalar una industria de componentes biotecnológicos, «un proyecto que tardará en desarrollarse cinco años», dijo en aquel momento. Carrasco destacó entonces que la empresa cumplía «a rajatabla» los acuerdos adquiridos con la Junta para la comunidad tras la fusión con Ebro; y mantenía que Biotech sería la primera empresa en instalarse en el parque científico. Una presencia que había anunciado ya un año antes, en noviembre del 2000, felicitándose porque esta infraestructura comenzara su andadura «marcada por la presencia de un importante proyecto de I+D». Hasta hoy, al margen del secreto empresarial de los proyectos de la Universidad, la división láctea de Puleva se limitó a la planta que compró en 1999 en Trobajo del Cerecedo.