«El 80 ó el 90% de los cánceres tienen que ver con la vida que hacemos»

El doctor Andrés García-Palomo es concluyente: el 80-90% de las neoplasias tienen que ver con la forma de vida. Sedentarismo, estrés y una dieta inadecuada disparan las posibilidades de que la predisposición genética con que nacemos de padecer una determinada enfermedad se convierta en realidad. Por ello, la prevención pasa por «una vida mucho más sana de la que tenemos ahora». «Todos nacemos con una alteración genética que nos confiere una predisposición a padecer no sólo cáncer sino muchas enfermedades, que se desarrollen o no dependerá de la vida que llevemos», apunta. «No habrá posibilidad de lograr una auténtica mejoría en el pronóstico de estas enfermedades hasta que no cambiemos este tipo de vida occidental que llevamos», agrega. El doctor García Palomo explica que los avances en diagnóstico precoz y terapéutico han permitido que «un cáncer se cure en 2007 mucho mejor que en 1980, es evidente» y que se alcancen tasas de supervivencia que superan ya el 50% de los casos en el cómputo general de los procesos oncológico. La forma de vida, en este caso el tabaco, ha generado un alarmante incremento en el número de tumores de pulmón detectado en las mujeres. Un alto índice que ha frenado la mejoría en la evolución del tratamiento de este cáncer en el que no hay, en los últimos años avances importantes. Avances muy importantes El oncólogo de la Clínica San Francisco indica que hay, sin embargo, otras neoplasias en las que hay avances «muy, muy importantes» con tasas de curación muy llamativas como el cáncer de mama o el colorrectal. En el primer caso, tres de cada cuatro mujeres que padecen un tumor de mama se curan, algo que ocurre en dos de cada tres personas con cáncer en el colon o el recto. En los tumores de próstata, también de los más habituales en León, se han producido avances que permiten que los pacientes que no pueden ser curados si tengan una mejor calidad de vida. Otro factor a tener muy en cuenta: los avances terapéuticos han sido esenciales en el campo de las enfermedades avanzadas e incurables. Programas de cribado La detección precoz aparece, por lo tanto, como la mejor medicina contra el cáncer y el mejor medio de aumentar las tasas de supervi vencia. Existen ahora programas de detección precoz o cribado para tumores de mama o cuello del útero, pero el doctor es escéptico sobre la posibilidad de que a corto plazo se desarrollen otros planes eficaces. «Se intentó con el cáncer de pulmón, mediante una radiografía, pero no está del todo claro que se vaya a conseguir una mejor detección precoz. Es preciso demostrar la eficacia de los proyectos en la experimentación para poder demostrar luego en proyectos masivos de detección precoz». Mientras se desarrollan estos programas, la dieta sana es la recomendación de este experto que ayer, en la conferencia organizada por la Fundación Clínica San Francisco, la Universidad y Diario de León, explicó la importancia que la genética tiene el desarrollo de las diferentes neoplasias y cuáles son las ventajas de conocer la evolución de los tumores a través del conocimiento de los genes alterados que aparecen al realizar estudios de ADN de cada uno de ellos.