Una actividad hipotecada por la compra de cupos y la reciente subida de costes de hasta un 25%
Nadie entre el millar, aproximadamente, de productores lácteos en León se atreve de hablar con optimismo sobre el futuro del sector. Tienen tres razones: a corto plazo, por los precios bajos y los costes altos, acentuados recientemente por la vertiginosa subida de los precios de los cereales con los que alimentan a la cabaña productiva; a medio plazo, por la hipoteca de las inversiones realizadas en la compra de cuota, la modernización de instalaciones para mejorar la competitividad; a largo plazo, porque la desaparición del sistema de cuotas acabará con el único paraguas que protege al productor pequeño de las inclemencias del mercado mayorista. Las dificultades inmediatas se observan en los costes de producción, pendientes aún de tocar techo por el precio de la materia base de alimentación del ganado. En el listado de problemas se cita la complicación que encuentran los productores para elegir libremente la empresa a la que quieren vender la leche. Los pactos entre empresas con la red de rutas de recogida hacen imposible cualquier movimiento fuera de su control, dicen los ganaderos.