El árbol enfermo y el niño

Érase una vez un árbol que estaba muy enfermo. Tenía las ramas secas y bichos que le molestaban porque era verano y hacía calor. Un día, se acercó un niño y vio al árbol enfermo. Entonces le dio mucha pena y todos los días iba a regarle las ramas y a quitarle todos los bichos. El árbol y el niño se hicieron muy amigos. El niño y el árbol fueron conociéndose al mismo tiempo durante los meses de otoño. El niño le cuidaba y el árbol ya no estaba enfermo. Ambos fueron haciéndose más amigos y el niño le cuidaba y el árbol se había recuperado. Cuando pasaron los meses, el árbol le daba sombra y el niño se subía a sus ramas, mientras sus amigos jugaban alrededor. Llegó un día que unos niños malos no respetaban la naturaleza. Cuando vieron al árbol tan bonito se dirigieron hacia él. Como vieron que el árbol estaba todo limpio, le querían destrozar, pero el niño no les dejó que hicieran nada al árbol. Entonces el grupo de niños malos hicieron un plan para destrozar el árbol; pensaban destrozarlo el sábado por la noche. Cuando llegó ese día por la noche, los niños fueron a destrozarlo. Lo dejaron lleno de basura y suciedad. Daba pena verlo. Cuando el niño fue a verle estaba otra vez enfermo. El niño se puso muy triste al verle de esta manera y prometió al árbol que haría todo lo posible por volver a curarle y atenderle para que se recuperara. Y así fue, el árbol poco a poco fue recobrando la energía y fortaleciendo sus ramas. Al cabo de un tiempo estaba espléndido y todo lleno de hojas y flores nuevas. Un día, aquellos niños que lo habían maltratado pasaron por delante de él y se quedaron mirándole con cara de asombro. Se quedaron tan asombrados de la alegría que daba ver aquel árbol tan hermoso y tan limpio que se detuvieron ante él y pensaron en lo que le habían hecho. Pensaron que para qué romper y ensuciar los árboles sino servía de nada. Aquel árbol les enseñaba que era mejor cuidar y respetar a los demás para que todos estuvieran alegres. Entonces acordaron que nunca más volverían a destruir la naturaleza y que empezarían a conservarla. Patricia Franco Nicolás San José Agustinas. 1.º ESO