| Reportaje | Memoria de actividad 2006 |
Dar la caña y enseñar a pescar
Cáritas Diocesana canalizó en ayudas a más de treinta mil personas sin recursos y en riesgo de exclusión los programas de ayuda de la obra social de la Iglesia de León
«Cáritas llega donde nadie llega, damos ayuda a quienes no la reciben de otro lado», explicó ayer Carmelo González, secretario general de Cáritas Diocesana de León. Y esa tarea, posible gracias a 120 voluntario, se ha embarcado la asociación definida como «la obra social de la iglesia» para «dar el pez, la caña y, sobre todo, enseñar a pescar». Los programas de ayuda de Cáritas son tan variados como las necesidades de sus beneficiarios, pero el empleo, la inserción social y la primera asistencia son el eje pivotante. «Hemos de darnos cuenta que muchas de las personas que acuden a Cáritas no cuentan con absolutamente nada», precisa González. Gracias a la colaboración altruista y estirando los poco más de 500.000 euros de presupuesto del pasado año, la asociación llegó a más de 30.000 personas y logró un empleo para 406 hombres y mujeres en grave riesgo de exclusión social. Los planes de ayuda se enmarcan en convenios con otras administraciones (que aportan el 61% del presupuesto global); el programa de empleo benefició a casi 700 personas, más de 1.200 pasaron por el Hogar del Transéunte y casi 11.000 se beneficiaron del programa de ropa de la institución que repartió en un solo año más de 41.000 prendas de ropa y que, años después, sigue siendo un eje de la actividad de la entidad. «Todo lo que está en los trasteros vale para estas personas sin recursos». Por el programa de inmigrantes, el tercer pie de la ayuda de la obra social de la iglesia leonesa, pasaron en un solo ejercicio 816 personas. «Ellos son nuestra prioridad como lo son todos aquellos que no están atendidos», indicó Carmelo González que junto a los responsables de programas de la asociación presentaron el balance anual. Ludotecas La constatación de que el 16% de los niños fracasa en el colegio es la explicación del último plan puesto en marcha por Cáritas: ludotecas, ya hay dos en marcha, para atender y apoyar escolarmente a estos menores cuyas familias carecen de recursos para atenderles fuera del horario escolar. Un profesor y una veintena de voluntarios se encargan de que el pequeño reciba la formación que necesita con clases específicas y juegos.