Carriedo afirma que la comunidad está a dos puntos del objetivo europeo de energías renovables
La Junta pretende convertir León en líder en energía por biomasa
El valor de fijación de dióxido de carbono de los bosques de la provincia ronda los 70 millones de euros
El consejero de Medio Ambiente no tienen ninguna duda de que la provincia de León será líder en la producción de energía limpia a través de la biomasa, dentro de un escenario en el que las previsiones apuntan que la comunidad generará el 27% del total de electricidad procedente del aprovechamiento de los restos arbóreos y agrícolas. Carlos Fernández Carriedo indicó que la comunidad, y especialmente la provincia de León, «tienen las mayores posibilidades del país en biomasa y así lo reflejan los últimos datos del tercer inventario forestal mundial donde existe un importante crecimiento de la biomasa en frondosas en los últimos diez años, principalmente en maderas delgadas, que se estiman en casi 20 millones de metros cúbicos». La gran extensión del territorio de la comunidad, agregó, y el elevado desarrollo de los sectores agrario y forestal «justifican que pensemos en los montes y campos de Castilla y León como grandes yacimientos de bionergía», agregó. En estos momentos, la Junta en colaboración con el Instituto Tecnológico Agrario y el Ente Regional de la Energía están redactando el futuro Plan de Bionergía de Castilla y León que incide en que la «bionergía es el futuro, nuestro siguiente paso en el campo de las energías renovables en la autonomía y León y el sector con mayor proyección y capacidad de generación de emeplo asociado». Los retos del siglo Las energías renovables y el cambio climático serán, precisó Fernández Carriedo, los retos fundamentales para la próxima legislatura, un periodo en el que será necesario renegociar los acuerdos post-kyoto con el crecimiento económico, la consideración de los bosques como sumideros de las emisiones de dióxido de carbono y el sector del carbón como un elemento fundamental para el desarrollo económico como referentes incuestionables. El sector del carbón, admitió el consejero, es uno de los principales emisores de dióxido de carbono pero tiene una importancia estratégica, sobre todo en la provincia, que no ha de eludirse en las negociaciones. Como tampoco ha de olvidarse, explicó, la aportación de los bosques de la comunidad a la absorción de las emisiones. El consejero, que participó en el Foro Regional sobre Energía y Cambio Climático organizado por el sindicato UGT, destacó que Castilla y León es la comunidad que mejor cumple con los acuerdos de Kyoto, de reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) ya que los bosques permiten fijar más de 12,5 toneladas al año. «Si tenemos en cuenta que el coste de emisión de CO2 se eleva a una media de 20 euros por tonelada, supondría que el valor de fijación de CO2 de los bosques de Castilla y León sería de 250 millones de euros», precisó Fernández Carriedo. Este montante de absorción supone que las masas forestales, indicó, retienen el 70% de los derechos de emisión asignados a la comunidad. Pero para el titular de Medio Ambiente el reto fundamental es lograr que la acreditación de emisiones tenga en cuenta ese efecto económico de la absorción y los índices de crecimiento económico con Europa en la negociación del nuevo programa de emisiones. Porque, indicó, «si no se asignan teniendo en cuenta los factores de convergencia consolidaremos los niveles anteriores» y eso perjudicará a la comunidad.