La cúpula popular se ha enfrentado a cinco grandes crisis entre pesos pesados del partido
La renovación en el PP de León se decidirá tras las elecciones generales
La solución a la evidente ruptura queda en suspenso a la búsqueda de nuevos valores
Tras el maremágnum levantado en los últimos días por la candidatura alternativa de Juan Martínez Majo a la presidencia de la Diputación queda sobre la mesa una evidencia incontestable: el Partido Popular de León está abocado a una crisis interna que desembocará en una renovación inevitable, según confirmaron ayer fuentes consultadas a este periódico. La decisión de ayer de acabar de forma radical con la vía alternativa a la Diputación con órdenes directas y tajantes de la dirección regional no zanja, en cambio, la crisis de un partido que ha vivido en los últimos meses enfrentamientos extremos entre la dirección provincial y destacados miembros del partido, con enconados pulsos que unas veces han tenido como vencedora a Isabel Carrasco y su entorno más fiel y otras, a sus contrarios. La «era Carrasco» inaugurada en diciembre del 2005 tiene en su haber cinco crisis de hondo calado, que han dejado al partido con huellas indelebles de crispación y ruptura que vuelven a asomar la cabeza cada vez que alguien mueve un peón del tablero. La rebelión del Bierzo, iniciada en el 2003 con la presentación por parte de Fátima López Placer de una candidatura alternativa a la Diputación, fue el primer gran escollo al que se tuvo que enfrentar Isabel Carrasco, que desembocó a lo largo de esta primavera con la expulsión de Fátima del partido y su integración en el Mass, formación creada por el crítico Ángel Escudero tras su salida del PP. La lista de León Con la contienda electoral a pocos meses vista, llegó el enfrentamiento abierto por la candidatura a la alcaldía de León. Isabel Carrasco y Mario Amivilia abrieron un nuevo frente con una disputa que zanjó Madrid, nombrando a Amilivia cabeza de lista ante la imposibilidad de la presidenta del partido de presentar en Génova una alternativa con la solvencia suficiente como para desbancar al hasta hace unos días alcalde de León. La crisis quedó cerrada, pero a medias. Mario Amilivia aceptó elaborar una lista de integración con gente de Carrasco en la que, en un principio, la senadora iba a ocupar el número dos, reservado tradicionalmente por el PP para el candidato a la Diputación, puesto que Amilivia siempre defendió para el actual ocupante del sillón provincial, Javier García-Prieto. El temor a verse arrastrada por una predecible derrota de Amilivia en las urnas, llevó a Carrasco a presentarse por la lista de Cuadros sin cejar en su empeño de ser la candidata a la presidencia de la Diputación, proclamación avalada por los comités ejecutivos de León, Valladolid y Madrid. Javier García-Prieto cedió ante Carrasco y una aparente calma se instaló en el partido hasta el día después de las elecciones municipales. La derrota en la capital y, en un principio, en la Diputación, levantó las primeras voces discordantes con la candidatura proclamada por el partido para la institución provincial. La última batalla A pesar de la victoria por mayoría absoluta ratificada tres días después de la cita en las urnas por la Junta Electoral Provincial, una nueva guerra se fraguaba en el seno del partido. La candidatura alternativa liderada por Juan Martínez Majo plantaba cara a Isabel Carrasco y dejaba en evidencia, una vez más, la escasa unidad en el partido. La solución impuesta desde Valladolid de abortar la iniciativa del vicepresidente de la Diputación -crisis aún no zanjada- deja para después de las elecciones generales la renovación de un partido roto por los intereses personales. Según afirmaron ayer fuentes del PP, la última crisis deja fuera de juego a los que han protagonizado los enfrentamientos. Carrasco, Majo, Amilivia o García-Prieto salen de las quinielas para liderar el nuevo Partido Popular de León.