El imputado sólo recuerda que quemó la ropa al llegar a su casa

El imputado como supuesto autor del crimen declaró que todos los recuerdos que le quedan de lo sucedido aquella noche «son como una pesadilla irreal que va y viene, como en los sueños. Sólo me acuerdo de algunas voces, gritos aislados y algunas imágenes muy vagas». No obstante, pese a que sistemáticamente negó todas las acusaciones del fiscal, en un lapsus, reconoció que al llegar a su domicilio, quemó la ropa que vestía aquella noche. Preguntado por los motivos, balbuceó. «Tenía restos de sangre, no recuerdo por qué, y me encontraba incómodo. Por eso la quemé». No pudo precisar qué fue lo que motivó la discusión, ni tampoco si golpeó a la víctima. «Nunca he llevado una barra de futbolín en el maletero», protestó. Tampoco precisó si había llamado a su padre para que acudiera a ayudarle tras los hechos ni supo explicar por qué había restos de piel suya entre las uñas de la víctima, o cómo había llegado la sangre de la joven al volante de su coche. Tampoco supo explicar por qué llamó hasta tres veces al día siguiente de los hechos al joven que luego fue encarcelado acusado de encubrirle. Manifestó que aquella noche había bebido «unas doce copas» y había consumido cocaína «por lo menos tres veces». Esbozó una posible teoría exculpatoria: «Un amigo de ella tenía un coche con un color muy parecido al mío, y quien realmente estaba enfadado con ella era un ex novio suyo, que la había visto conmigo. Yo, desde luego, no la maté».