Ignacio Lagartos descarta que se vaya a producir una burbuja inmobiliaria

El director general de Caja España, Ignacio Lagartos, piensa que el sector inmobiliario goza de buena salud y que todo apunta a que seguirá así en los próximos años, por lo que cree que «no hay riesgo de que se produzca un colapso o una burbuja inmobiliaria». El responsable de la entidad financiera se mostró optimista ante las tendencias que experimentará el mercado y descartó que en España se pueda volver a producir una situación como la vivida en 1992, cuando los tipos de interés llegaron a máximos históricos (14%) y la economía cayó irremediablemente. «Ahora, las condiciones financieras son muy favorables, aunque habrá alguna subida de interés hasta el 4,5%, pero no afectará al euríbor que -opinó- no sobrepasará el 5% -en mayo se situó ya en un 4,373%». Con estas palabras, el responsable de la Caja tranquilizó a aquellas familias que tienen sus ahorros invertidos en bienes inmuebles, aunque avisó de que ya ha comenzado una desaceleración suave de los precios de las viviendas. Esta es la conclusión principal de la conferencia que pronunció ayer Ignacio Lagartos con motivo del acto de clausura de la cuarta promoción del Máster en Finanzas de la Universidad de León. Un foro que sirvió para que el experto explicara una situación de la que ya ha alertado el Banco de España, pero que, en palabras de Lagartos, no es tan preocupante como muchos piensan. Es cierto que actualmente existe un estancamiento, «que seguirá una evolución lógica del sector hacia ritmos más normales», subrayó el ponente, quien relató que el patrón de crecimiento será más equilibrado después de unos años en los que la subida ha sido muy pronunciada. Igualmente, resaltó la positiva tendencia demográfica, sustentada en gran parte por la población inmigrante, para justificar la posibilidad de absorción de unas seiscientas mil viviendas. Este factor ha contribuido a crear, en los últimos años, millones de puestos de trabajo que son los que respaldan, en parte, la bonanza económica del país. Una fortaleza, explicó Lagartos, que está relacionada con el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) que se sitúa ya por encima del 4%, mientras que en el 2001 éste rondaba el 3%. Así las cosas, el conferenciante explicó que las familias van a seguir invirtiendo en este tipo de activos, porque ellos «persiguen una rentabilidad a largo plazo», no como los inversores bursátiles que buscan réditos más rápido. En este sentido, el director de la Caja evidenció que las diferencias que existen entre la curva de crecimiento de la población y la evolución de las viviendas -en el primer caso prácticamente plana y en el segundo es una gráfica de dientes de sierra- es debida a que ya no existe una necesidad vital de adquirir una casa, sino que los compradores las utilizan para segunda vivienda, para despacho o, simplemente, para obtener una rentabilidad.