| Crónica | Capitán con tripulación |
El puerto al que llega Marmolería Leonesa
«Hay una cita del portugués Fernado Pessoa que ha sido como mi libro de cabecera: la importancia del barco no está en navegar, sino en llevarte a puerto. Es lo que he pretendido en Marmolería Leonesa. Pero si lo he conseguido no es sólo mérito personal, sino gracias al apoyo pleno de mi esposa Carmina, de todos mis colaboradores y empleados». Un emocionado José Antonio Gutiérrez Ballesteros, arropado por los suyos y por sus compañeros empresarios, agradeció ayer la entrega del Círculo de Oro 2007 y recordando al resto de los distinguidos en esta edición de los premios del CEL. Muchas veces ha dico Gutiérrez Ballesteros que tiene los cupos de vanidad cubiertos. «Es verdad, pero no plena. Mentiría si dijera que no me llenó de orgullo ser designado Círculo de Oro por el CEL. Echo la vista atrás y siento una especie de nostalgia». Recordó así cómo empezó su trayectoria empresarial con una nave de 500 metros y cinco empleados; y cómo tres décadas después cuenta con más de 200 empleados y una facturación que supera los 20 millones de euros. «El mérito no ha sido sólo mío», dijo. «Yo he dado lo que tengo: amor al trabajo, dedicación plena, pasión e intensidad buscando nuevas iniciativas». Este capitán del barco que es Marmolerías Leonesas reconoce que el testigo pasa ahora a las generaciones siguientes. «Una plantilla preparada, responsable, más viva que la nuestra, segura y tenaz». Y acabó recordando a Séneca: alcanzar los objetivos no desde la relajación, sino desde el combate.