«Nuestro gran activo es que la Casa de León sea de todos los socios»

Es embajada sentimental, dicen, pero también instrumental y punto de encuentro de nostalgias cargadas de futuro. La Casa de León en Madrid, en la literaria, bohemia y teatral calle Pez es un cuaderno de bitácora de lo que le pasa a León en Madrid y viceversa. Rafael Álvarez, maragato de Castrillo, es el capitán de este barco varado, pero nunca quieto, en el asfalto de la capital. Ahora que se cierra el curso 2006-2007, el presidente de la Casa de León en Madrid garantiza al menos un mandato más, algo que parece que corroborarán los socios de la entidad cuando llegue su momento. Pese a que acontecimientos familiares, como el fallecimiento de su hijo víctima de un atropello, supusieron una dificultad máxima, el entusiasmo del máximo mandatario del centro leonés ha quedado de manifiesto con un balance anual que podría decirse que confirma que este curso que termina ha sido el mejor ciclo de la Casa de León. Un trampolín para dar el salto cualitativo que modernice un lugar que cada día dibuja la provincia de León en el centro de Madrid. -Antes de hablar del futuro, este año ha sido el de la confirmación de la Casa de León como un lugar de intensa actividad. ¿Se siente satisfecho de todo lo realizado? -Lo realizado y lo ya previsto entronca con el presente y con el futuro de la Casa de León. Hemos querido darle continuidad a una serie de actividades de calidad y a la presencia constante de gente, personalidades, empresarios leoneses o intelectuales de máximo nivel que han pasado por la casa con una generosidad y cariño inmenso. Esto obliga a mejorar y a ofrecer cosas mejores. Tal vez, el reto sea dar el salto de calidad y modernización que nos prepare para afrontar no ya el siguiente curso sino los años sucesivos. -¿En qué concretaría ese salto cualitativo? -En muchos aspectos. Entre otros, pasar de diez socios protectores a veinte, por ejemplo, para permitirnos llevar la gestión a cotas más altas. Capitalizar y transformar la casa para que tenga una autonomía financiera. Otra de nuestras intenciones es que se cree la figura de un gerente profesional. Pero todo ello, sin perder de vista que nuestro gran activo es que la Casa de León sea de todos los socios. -¿Cómo cree que se ha producido la modernización de las instalaciones de la Casa de León? -Poco a poco creo que hemos conseguido una sede en la que no falta de nada. Y los que vienen, de León o de fuera, se quedan asombrados de las instalaciones. Desde el restaurante, en donde la cocina de Manolo es un lujo, a los salones o el propio salón de actos, se ofrece comodidad a los socios y la posibilidad de pasar un buen rato y, además, asistir a encuentros que siempre tienen interés. Con la ayuda del Inteco conseguiremos transformar la Casa de León en un espacio wifi. Creo que es un buen ejemplo del salto previsto para hacer aún más atractiva y útil nuestra sede. -2007-2008. ¿Cómo se afronta el próximo ejercicio? -El optimismo es una obligación. Hemos conseguido que se pongan al teléfono allí donde llamamos. Sin prepotencia. Y tengo que destacar que no hay nadie que no haya sido amable con nosotros. Hay unos antecedentes que no hay que olvidar, que son los que surgen de cincuenta años de vida de una institución seria. Con la labor de los anteriores presidentes o la que sigue desarrollando Cándido Alonso. Estamos en un punto de consolidación de lo hecho y de proyección hacia el futuro. -Y en el verano, la Casa de León descansó, ¿no? -Pues no, porque como siempre tenemos cosas por hacer ya miramos para agosto y la representación templaria que tendrá lugar en Turienzo. Los preparativos de San Froilán, con Manuel Nuñez, un excelente colaborador de la casa. Nuestra presencia en la liga de Lucha Leonesa¿ Y, además, nuestra predisposición constante para ayudar a todos los leoneses que quieran establecer una línea de colaboración con la entidad.