Conde-Pumpido aboga por una Fiscalía Europea para atajar delitos

La criminalidad y delincuencia transnacional, fenómeno creciente en la Unión Europea con la libre circulación entre fronteras, plantea con frecuencia «dificultades en las persecusiones policiales y los procesos judiciales» en los distintos países. Así lo puso ayer de manifiesto en León el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, durante la inauguración de la Reunión de Puntos de Contacto de la Red de Fiscales de Cooperación Internacional, que se celebra en San Marcos hasta mañana miércoles. El responsable del Ministerio Público General evidenció la necesidad de un espacio judicial europeo, con la creación también de una fiscalía europea. «Puntos de encuentro y soluciones son lo que una verdadera Europa de los ciudadanos precisa como requisito indispensable». Con el objetivo de reforzar «la justicia y la seguridad» -recordó- que el reciente Consejo Europeo menciona ya a esta fiscalía. «Si finalmente todos los países no se adhieren, podrá utilizarse por aquellos que sí la acepten y los que no la apoyen se quedarán fuera». De todas formas, -precisó- que este objetivo se encuentra todavía en una fase inicial, aunque mostró su confianza en su futura creación. En cuanto a los retos, el fiscal general del Estado mencionó poner coto a la criminalidad, sobre todo, en lo que al terrorismo se refiere. «Es el principal azote de la seguridad, como ocurrió en España en Atocha en el 11-M, y supone una preocupación para toda Europa, de hecho ya existen sistemas de trabajo y equipos conjuntos de investigación, por ejemplo, entre España, Francia e Inglaterra». En el capítulo de retos para la futura fiscalía, Conde-Pumpido, además, evidenció la actividad criminal de las bandas y mafias organizadas del Este, que actúan también en España en el área mediterránea a través del blanqueo de dinero y otras operaciones. El tráfico ilegal de emigrantes y de mujeres para obligarlas a la prostitución completan este catálogo de retos conjuntos más importantes para la Unión. «Es fundamental la coordinación de sistemas judiciales, aunque es cierto que existen muchas reticencias por parte de algunos estados a abandonar su soberanía en materia penal». Como avance transnacional, enfatizó el impulso alcanzado en este ámbito gracias a la orden europea de detención y entrega «basada en el principio de confianza», poniendo como ejemplo los casos de etarras entregados por Francia a España.