La Junta ahora sí recurre al veneno para combatir la plaga de los topillos

La Junta de Castilla y León puso ayer en marcha la campaña de medidas contra la plaga de topillos que afecta a varios municipios de la comunidad autónoma. La localidad vallisoletana de Villalar de los Comuneros es el municipio elegido para aplicar las primeras medidas para, según sus resultados, extenderla al resto de provincias afectadas por la proliferación descontrolada de estos roedores. El director general de producción agropecuaria de la Consejería de Agricultura,Baudilio Fernández, explicó que el primer paso es el recuento de individuos para conocer el número de topillos por parcela. Una vez hecho, hoy se abordará la siguiente fase, de modo que los agricultores actúen «sobre todo en las cunetas que rodean las parcelas de regadío, que ahora es donde se dirigen estos roedores», precisó. La Consejería de Agricultura entregó a los agricultores «unos tubos de 5 milímetros donde introducir el veneno» para que sólo tengan acceso roedores en general. «No va a haber ningún otro animal que tenga acceso al veneno», recalcó. Ecologistas y agricultores De esta forma, la Junta de Castilla y León pretende evitar nuevas denuncias de los grupos ecologistas que, a principios de año, ya paralizaron la campaña contra los topillos con clorofacinona, sustancia química permitida por el Ministerio de Agricultura pero cuestionada por la Unión Europea. Ante la aparición de otras especies animales muertas, como palomas y conejos, con restos de esta sustancia, el juzgado pidió a la administración que tomara medidas. El gobierno regional espera obtener rápido los primeros resultados. Según Fernández, «en cinco días volveremos a hacer un recuento de roedores y, tras los resultadoa, que seguro serán buenos, extenderemos las medidas al resto de provincias afectadas», explicó. Por su parte, las organizaciones ASAJA, Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Unión de Campesinos de CYL (UCCL) y Coordinadora Agraria-COAG, reiteraron sus exigencias de actuación inmediata de la Junta porque, aseguran «esta plaga se le ha escapado de las manos al gobierno regional». Apuestan, sobre todo, por el uso de veneno, dado que la posibilidad de arar por debajo de los 20 centímetros para acabar con las madrigueras «es muy complicado».