Diario de León

Los manzanos, perales y membrilleros son los principales afectados por esta bacteria

La Junta detecta un foco de fuego bacteriano en Trobajo del Cerecedo

Agricultura iniciará de inmediato el arranque y quema de las plantas y árboles infectados

Operarios, talando los árboles frutales afectados por el fuego bacteriano

Operarios, talando los árboles frutales afectados por el fuego bacteriano

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Andrea Cubillas - león
León

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El fuego bacteriano no ha cesado de afectar a la vegetación de la provincia. Según informó ayer el Servicio Territorial de Agricultura, se ha detectado un nuevo foco en el municipio de Trobajo del Cerecedo. Los estudios realizados han demostrado que uno de los manzanos de la localidad se encuentra infectado y, por tanto, tal y como salió publicado en el BoCyL se tomarán las medidas oportunas, es decir, arranque y destrucción inmediata de toda la planta visiblemente afectada, y toda la vegetación hospedante sin síntomas en su entorno, así como las plantas transmisoras de la bacteria. También se llevaran a cabo el resto de actuaciones para evitar la propagación a otras zonas próximas. El origen del fuego bacteriano reside principalmente en dos tipos de plantas, la Piracanta y la Cotoneaster . Ambas proceden de la familia de las rosáceas, resisten muy bien a las altas temperaturas-clima característico de León- y producen un pequeño fruto o baya de color rojo, que hace de estas dos vegetaciones un ornamento para las ciudades y casas particulares. Por ello, estas dos especies en los últimos años se han puesto muy de moda en la provincia, plantándose, indiscriminadamente, tanto en jardines públicos como privados. Esta plantación se ha llevado a cabo sin tener en cuenta que son especies foráneas y que pueden afectar a las autóctonas. Estas plantas segregan una bacteria en forma de moho blanco, que se transmite a través del aire, el riego y los animales, principalmente los pájaros. Este fuego bacteriano afecta a manzanos, perales y membrilleros- este último en menor medida-, provocando que, poco a poco, los árboles frutales se vayan secando. El único remedio para acabar con este problema es arrancar tanto las plantas transmisoras como las infectadas, para, posteriormente, proceder a su quema. A parte de las pérdidas de los árboles frutales, las cuáles son indemnizadas, el gran problema es que el terreno queda inservible por un período de dos o tres años. El primer foco que se detectó de la plaga fue el pasado 18 de agosto en Quintanilla del Castillo y, desde entonces, numerosos municipios se han visto afectados. Incluso en la propia capital, donde se tuvieron que talar varios árboles del Coto Escolar. En ese momento, la Junta desarrolló una medida de seguridad: estableció un protocolo por el que se prohibía la plantación de las plantas transmisores del fuego bacteriano. Medida, que según los expertos, sería la mejor alternativa para no llegar a las soluciones tan drásticas, que perjudican el terreno Aunque el foco fue localizado en Trobajo del Cerecedo, el fuego bacteriano está extendido por toda la provincia de León, exceptuando la zona berciana que, hoy por hoy, está limpia.

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