Diario de León

| Reportaje | Centro Aspace San Lorenzo |

Unos vecinos muy independientes

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Lo común es encontrarse en el patio de vecinos la silla plegable de madera o la típica andaluza de asiento de paja. Lo inusual es la silla eléctrica o la clásica de ruedas. En el patio de vecinos de la plaza San Lorenzo, lo popular desde hace unos meses, es tomar asiento para «sentarse al fresco»; la silla es lo de menos. El Centro Residencial Aspace de la plaza San Lorenzo ha modificado las costumbres de este barrio leonés; alteró aceras, acercó sensaciones y moldeó nuevos espacios de convivencia en los que participar siempre es posible. Ana y Eduardo son dos de los 28 discapacitados cerebrales que viven en la plaza. Cada cual muestra satisfecho su «apartamento» decorado con las fotografías de sus excursiones realizadas con los compañeros de comunidad. Este año viajarán a Zarauz. Las entradas y salidas no cesan, al parque, un paseo, al súper, al cine, a los concursos de monólogos de un próximo café. Tanto trasiego que les ha costado algún «apercibimiento» e incluso el establecimiento horarios. El suave silbido de las sillas es constante, una pasa veloz. «Raúl solo mueve un dedo, pero lo importante es que sabe lo que quiere, y que le ofrecemos todo lo que su dedo necesita» asegura el director del Centro. Almudena tiene treinta años, pero no aparenta más de 26, sonríe continuamente y si tenemos dificultades para entender a sus compañeros, hace de traductora. «Martín dice que os cuente lo de su hija, que mañana es su cumpleaños». Almudena nos cuenta que Martín, es el tutor autorizado por la Fundación Tuelar de Menores y el Ceas de una niña del centro, víctima de malos tratos y con dependencia severa por la que Martín siente especial adoración. Durante la visita a las instalaciones del centro, al pasear por las estancias de este hogar, se percibe la soledad de los cuartos de una casa que en verano se habita a ratos, pero en cada rincón, está presente, el anhelo de llenarla de recuerdos, de conversaciones interrumpidas, de momentos y miradas y sobre todo de caricias y de amigos; pero que se remate, depende de ti.

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